POEMAS DE UN CABALLERO NEGRO

EL FLORECIMIENTO

Al nacer el alba, el sol resplandece de una manera maravillosa, en aquella preciosa primavera del sábado 21 de septiembre del año 2021, dos tórtolos enamoradísimos, unos cariñosos amantes de la maravillosa poesía, apasionados de las frases de amor, son los artífices de esta mágica historia de pinceladas cristalinas llenas de amor, de fieles palabras acompañadas de muchísima ternura, sentimiento y carisma.

En esa mañana tan linda con gran elegancia un poeta negro, le recita unas letras de amor a su personita favorita, la cual ama su corazoncito en cada crepúsculo de la mañana, en cada luna iluminada, al instante que su almohada esta mojada por las lágrimas, ella le da tranquilidad a su alma.

Y él comienza a recitar de una manera espontánea un poema para la amada de su corazón, y con mucha sutileza ella lo escucha y él le recita las palabras que emergen de lo profundo de su preciado ser.

"Mi alma esta ceñida a tu membrana, apegada a tu esencia que aflora por esta avenida, pues eres la persona predilecta de mi almohada, la que me ama de mañana, tarde y madrugada"

"Te anhelo ver más que ayer, ya que tu sobresales sobre cualquier mujer, eres la hermosa dama que me hace renacer lo más profundo de todo mi ser, eres la negra que amo conocer cada rinconcito de todo su ser; sin saber lo que ibas hacer, me cautivo la esencia de todo tu ser, te quiero conocer para que volemos al infinito una y otra vez con tu maravilloso querer"

Si tu corazón este de lunes a domingo apenado, afligido, desilusionado o consternado tu corazón será siempre amado por el anhelo de una persona especial que Dios pondrá por tu senda.

Unas cuantas palabras te concederá mi alma, unos pensamientos surgirán de este amado e ilusionado poeta enamorado que te ha inspirado y que siempre está a tu lado. Aunque nuestro corazón este fastidiado por los vaivenes del mundo y lo cotidiano, será apaciguado y consolado por la Palabra de nuestro Padre Amado.

Y ella fijo su tierna mirada en él y le comenzó a decir también unos sutiles pensamientos con el matiz de su hermoso destello y él con mucha dedicación también escucho las palabras de cariño que surgían de su corazón para el amor de su vida y comenzó a emerger la magia, la poesía y sobre todo el amor que habían en estos dos tórtolos sentimentales que estaban bien enamorados él de ella, y ella de él.

Y en aquella frágil mañana de la primavera ella comenzó a decirle con mucha delicadeza unas mágicas poesías que emergían de lo más profundo de su ser y comenzó a pintarse el amor en aquel instante.

Y ella le dijo: "Eres un regalo de Dios, eres la bendición de mi corazón que te anheló y te esperó con tanto fervor. Le doy gracias al Señor, por bendecir mi corazón aquí en esta nación por darme al mejor varón del barrio y de esta maravillosa población".

"Gracias por estar a mi lado ya que te has convertido en mi amor anhelado, gracias por compartir tus penas y alegrías, gracias por cambiar mi destino con tu amor tan bonito, gracias por haberte quedado a mi lado, de lunes a domingo, ya que te has vuelto en mi ángel y el más bonito."

Mientras, él la miraba fijamente, de sus ojos salían unas gotas de agua por las palabras que ella le decía, mientras tanto él la abrazaba fuertemente y ella continuaba diciéndole: mi amor, eres el mejor varón de este globo terráqueo, eres el hombre que anhelé en mis sueños, en mis quimeras desoladas, eres el único que me besa con frases y poemas de amor que surcan de lo más profundo y con mucha ternura de ti, sencillamente para mí.

Mi amorcito bello, bésame por favor con una composición impregnada de amor e imaginación en esta habitación plagada de cariño, pasión, hermosura y elegancia.

Bésame sin duda e intimidación, pero bésame mejor con palabras de poesías, bésame, como si fuera el último beso de nuestro maravilloso amor ya que aún andas cada segundo a mi lado.

Navegas en mis frágiles pensamientos a cada rato, los crepúsculos me aproximan a tu espléndida sonrisa y la naturaleza me relaciona a esa tierna mirada que exhibes.

Te diseño etéreamente, una y otra vez para nunca dejar de lado cada pincelada.