My Strange ̶D̶a̶t̶e̶ Boyfriend :SunSun:

☾ I'm not scare of your fangs... :ᵖᵗ²:

[...]

Las semanas transcurrieron como era debido, HeeSeung no había visto a SeonWoo en la tienda de antigüedades, pero estaba al tanto de que no había revelado nada a nadie en ese corto lapso, pues SungHoon mantenía comunicación con mensajes, algunas veces mal escritos, y una que otra vez con alguna llamada corta y espontánea por parte de SeonWoo..

Lo que le preocupaba era algo un poco más... personal. 

—¿Estás seguro de que se escribe así? —preguntó SungHoon mientras JungWon tocaba la pantalla tecleando una respuesta a SeonWoo.
—Sí, confía en mí.
—No, no pienso cometer el mismo error dos veces. 

SungHoon trató de tomar el aparato de las manos de JungWon, esté de inmediato movió sus manos escapando de las intrusas del mayor, de repente, HeeSeung cerró de forma seca su libro, alarmándolos.

—Regresaré más tarde. —Comunicó al tiempo que se levantaba de su lugar.
—Hyung... —JungWon hablo quedo al ver la postura del mayor, se notaba algo inquieto.
—Niki. —Dijo simplemente, sonriéndole apenas, y caminó hasta la salida sin agregar nada más.

La enorme casa alejada de la ciudad le dio la bienvenida cuando estaciono el auto afuera, sabía que una sola persona estaba en la primera planta, pero en realidad no le importaba demasiado, sus pasos fueron al sótano, tan enorme y adecuado como la primera planta; Niki estaba ahí desde hace meses castigado de cierta forma.

HeeSeung apretó los números en el tablero, los sabía de memoria, y esperó paciente a que la pesada puerta de metal se abriera por completo. La estadía de Niki había cambiado por una simple razón: el chico lo había desobedecido, había escapado y matado para alimentarse. Meses atrás había manipulado a Jay para que lo dejara salir, claro, sin lastimarlo, y mató solo a una insignificante persona de un lugar cercano para saciar su hambre. Aunque Niki seguía la misma dieta de sangre de animales desde que HeeSeung lo había convertido, no le era suficiente.

HeeSeung nunca vio eso venir, estaba demasiado concentrado en la llegada de un humano metiéndose en sus largas vidas.

Cuando la puerta se abrió, Niki estaba sentado en uno de los mullidos sillones, su alrededor estaba pulcro y no había nada roto o desperdigado por el suelo, el vampiro obstinado que había ganado el amor de HeeSeung estaba tranquilo leyendo.

—Al menos esta vez no traes contigo ese desagradable olor a dulce y a café. —Soltó sin levantar la vista de su libro.— Y ni a humano.
—Sí, es un alivio. —La puerta detrás del mayor se cerró y dejó escapar un suspiro.

Lidiar con Niki era difícil, el chico era todo lo que HeeSeung odiaba, pero, nadie más que él tenía la culpa, había visto algo en el muchacho cuando era humano, algo que todo el tiempo estuvo buscando e inesperadamente, lo había encontrado en un ser humano de dieciséis años; lo atrajo demasiado, al principio creyó que era algún tipo de amor, y en su momento fue así, pero ahora era un poco diferente.

Niki dejó su libro a un lado de forma parsimoniosa y volteo a verlo con una ligera sonrisa dibujándose poco a poco en su rostro.