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Alejó su mano, levantandola para verla a la luz y apreciar sus uñas recién terminadas. Sonrió al ver el lindo acabado en ellas, agitando levemente para que secara más rápido.
Después de un par de minutos, tarareando una canción que sonaba en la radio, dejó su mano en el volante, apreciando lo bonitas que se veían. Si, eran bonitas como todo lo que se ponía, pero sentía que no le quedaba del todo bien.
Un rosa pastel que terminaba en un degradado más saturado; él era más de cosas llamativas. Su sonrisa se convirtió en una mueca de desagrado.

Buscó en su estuche otro esmalte, uno que quedara con su capucha y su look de ese día, a la vez que buscaba el acetona para quitarse el que ya tenía.
Cuando estaba mojando su algodón con aquel líquido, la puerta del lado de el copiloto se abrió y cerró en menos de tres segundos. Horacio levantó la vista para encontrarse con su compañero, quien mientras suspiraba pesadamente se colocaba el cinturón.

— Que nos podemos ir a la mierda, dice —

— ¿Está de mal humor hoy? — Dejó la pequeña botella a un lado y empezó a despintarse las uñas con suavidad.

Gustabo le miró de reojo, frunciendo la nariz — No, ¿qué va?, solo le va a reventar una vena en la cabeza como entre alguien más en su despacho —

— Entonces dia libre — El rubio solo pronunció algo entre dientes en afirmación — ¿Quieres patrullar?, o salimos de servicio y vamos a otro lado —

— Medio mundo anda de servicio, si faltamos no pasa nada, creo — Se acomodó, mirando de costado a el más alto — ¿Qué haces? — Preguntó, recargando su mejilla en la palma de su mano.

— Me había pintado las uñas en lo que hablabas con Conway, pero no me gustaron y voy a volver a empezar —

Gustabo estiró su izquierda, alcanzando la mano contraria de su pareja y mirándola de cerca.

— Pero si te han quedado chulas, ¿por qué no te gustaron? —

Rió levemente, apenado — No son mi estilo, la verdad —

Sintió a el mayor acariciar sus nudillos, dejándose hacer en lo que tiraba el algodón y buscaba de nuevo un esmalte mejor. Se volvió a cruzar con el que había empezado, un rosa aburrido y simple; sin querer miró por el rabillo del ojo a Gustabo, y una idea brilló en su cabeza.

— Gus — Le llamó, sin poder esconder una pequeña sonrisita en sus labios.

— ¿Qué? —

— ¿Te pinto las uñas? —

— No gracias, ya comí —

— ¡Por favor!, solo una mano si quieres —

— ¡No tío!, no me van esas cosas, no se me ve bien —

— ¿Cómo lo sabes si nunca lo has intentado?, anda, por favor — Se acercó, atrapando la mano que le estaba haciendo cariñitos entre las propias, sin dejarle salida.

Gustabo desvió la mirada, nervioso por la repentina invasión a su espacio personal. Lo pensó un segundo, todavía estaban en el estacionamiento de la comisaria, y si alguien les viera ahí perdiendo el tiempo de seguro le avisarían a el super. Aclaró su garganta, tratando de deshacerse de sus nervios.

— V-Vale, pero primero a dejar las cosas y nos vamos a otro lado —

Horacio asintió emocionado, soltandolo y casi corriendo fuera del patrulla, Gustabo se quedó en su lugar unos segundos más antes de salir y hacer lo mismo; estaría muy avergonzado por lo que iba a hacer pero, si era petición del teñido, no tenía nada de malo consentirlo de vez en cuando.

|| The only I want it's you || •One-shot's Gustacio•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora