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Pov.narrador/ra

El pobre noruego soltó un pesado suspiro, no tenía otra opción que cumplir el estupido capricho del británico.

Se acercó a Tom quien no dejaba de verle con felicidad y entusiasmo, cerró sus ojos y con cierta timidez dejó un pequeño besito en los labios del contrario, había sido apenas un pequeño toque, pero aquello había sido suficiente para que el corazón del sin ojos latiera con desenfreno, sus ojos completamente negro cual fosas profundas presentaron un brillo rosa con forma de corazón casi aparentando unas pupilas y en su rostro una expresión atontada y alegre, parecía ebrio pero no de alcohol, sino ebrio de amor~.

En cambio Tord, él estaba rojo de vergüenza y enojo, no podía creer lo que había hecho, su estómago se sintió extraño, como si quisiera votar su desayuno, con su mano intento limpiar sus labio de cualquier virus que el sin ojos le haya dejado.

—que dulce~

—¡que puto asco!.

Dijeron ambos al mismo tiempo, se miraron a los ojos, Tom sonrió con  dulzura y se abalanzó a abrazar al de menor tamaño el cual por poco y caía al suelo por el brusco trato de su contrincante.

—¡quiero otro! ¡otro beso de mi Tordy~!.— canturreaba el británico frotando su mejilla con la del de cuernos.

—¡ni loco!.— chillo Tord intentando apartar a Tom —¡s-si quieres otro tienes que ganartelo ayudándome a conseguir una cura!.

Tom se lo pensó un buen rato para luego asentir y liberar al noruego de su abrazo, sentía que era una escusa justa, si el quería más besos podía ganarselos ayudando al contrario, sonrió encantado para luego asentir con la cabeza.

—bien, si así me darás más de esos dulces besos tuyos, acepto.— dijo con determinación —entonces ¿qué estamos esperando? ¡manos a la obra!.

Tord soltó un pesado suspiro al escuchar el entusiasmo del de mayor altura, con tan solo unas palabras sentía que había creado un monstruo, uno que no le dejaría en paz hasta que la cura para la estupida posión estuviera creada.

''•''•''•''•''

Luego de cenar y ver algunas películas con el amante de la cocacola y su amigo narcisista, ambos volvieron al laboratorio del noruego donde este empezó a buscar alguna cura para su pequeño problema, mientras que el problema se paseaba curioso por el laboratorio viendo cada cosa que su "amado" tenía en él.

Habían varias cosas la cuales llamaron su atención, como varias armas de apariencia extrañas, químicos de llamativos colores en botellitas de ensayo, planos que parecían ser complicados y el no entendía nada de lo que decían, además de aquel inmenso robot que actualmente parecía estar aún en construcción, era enorme y parecía bastante peligroso.

Tom frunció el ceño al ver la imponente máquina, esta no le gustaba para nada y mucho menos las intenciones que su Tordy pudiera tener con esta, sin embargo prefiero quedarse callado y simplemente observarla desde lejos.

—Tom ¿puedes venir un momento?.

Escucho como su amado le llamaba por lo que sin perder tiempo alguno fue con el chico de cuernos mientras le regalaba una gran sonrisa.

—¿que necesitas cariño?.

—... —el de sudadera roja frunció el ceño al escuchar el estupido apodo que el sin ojos había utilizado para llamarle, cerro los ojos e intento calmar un poco su molestia —necesito una muestra de sangre, así que si eres tan amable ¿podrías sentarte en esa silla mientras yo te extraigo un poco?.

Tom asintió con la cabeza y acatando la petición del contrario se sentó en aquella silla, luego Tord le sacó un poco de sangre con ayuda de una aguja, limpio con delicadeza el lugar donde le había pinchado la aguja y luego le dio un bombón de chocolate para que no se mareara.

Vio entretenido como el noruego revisaba y analizaba su sangre con varios aparatos los cuales el ni sabía como se llamaban ni tampoco había visto en toda su vida.

—químico a, químico c4, subida de hormonas y varios afrodisiacos... — nombro con sorpresa y algo de terror el chico de cuernos —joder, ¿enserio tenias que tropezarte exactamente con la mesa donde tenía tantas cosas peligrosas?.

—¡¿y yo como iba a saber que cosas tenía?! ¡ni siquiera se que que mierda fue lo que dijiste!.— chillo el pobre asustado, la reacción de Tord al ver que químicos se encontraban en su cuerpo le había espantado, si eran peligrosos podría morir y el no quería morir todavía, no sin haberse casado con el noruego y tener dos niños a los cuales llamaría Timmy y Tonny —¡no me quiero morir!.

El británico se abrazó al contrarío mientras que empezaba a sollozar, el no podía morir, si el moría ¿qué pasaría con Timmy y Tonny? ¡¿que pasaría con sus aún no nacidos hijos?!.

—¡aléjate de mí!.— se quejó Tord intentando zafarse de los brazos del de sudadera azul —¡Y deja de llorar estupido, no te vas a morir!.

—¿no?.

—no idiota hormonal, vas a estar bien, encontraré la maldita cura y tu estarás como nuevo.— soltó un pesado suspiro, dejó de intentar apartar al británico pues sus brazos se habían quedado sin fuerzas, estaba cansado, cansado de eso y de todo, el pobre solo quería ir a su cuarto y echarse a dormir.

—¡que bien!.— celebro el sin ojos alegremente dándole un pequeño beso en la mejilla al cornudo —es por eso que te amo Tordy, ¡ahora di podemos tener a Tonny y Timmy!.

—¡¿de que mierdas estas hablando idiota?! ¡y sueltame asqueroso!.

Y aquí vienen más gritos del noruego hacia el pobre británico el cual seguía sonriendo pensando en que su Tord sería una muy buena madre para sus pequeños.

Continuará...

♡Posión de amor♡ ||TomTord||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora