Dos Veces mas Enamorado♡

.+.+.Cap.6: Dos Bebés.+.+.

La lluvia caía con fuerza, mientras sus dorados ojos la contemplaban, luego de mucho tiempo de estar atrapado en ese lugar; el cual tuvo que acomodar segun sus necesidades, y sobre todo la de sus dos huevos; a los cuales estaba dando su calor para que pudieran nacer, y pudiera verlos. Había una barrera muy fuerte, protegiendo la entrada bien oculta de la cueva donde decidió habitar con la esperanza de no ser descubierto.

Habían pasado dos semanas, en las cuales, había sufrido mucho, ocultándose de quien intentara llevarse a sus hijos; eso era algo que jamás permitiría que obtuvieran, pelearía con todas sus garras porque eso no ocurriera. La vida de sus crías era lo que mas le importaba.

La cuevas estaba en esos momentos, iluminada por sus llamas azules, las cuales estaban calentando a los pequeños seres, descendientes de los dos alphas que habían robado su corazón. Un bebé de Wei Ying, y un bebé de Jiang Cheng; hubiera deseado ver sus caras felices al saber que lograron hacerlo crear dos huevos, era algo que deseaba, y creyó que solo pasaría de uno en uno, pero su amor llegó a un limite mayor, y el resultado fue tan hermoso. No lo negaba era feliz, y a pesar de las dificultades, esa pequeña parte de su corazón, estaba completamente tranquilo.

-Bebés...-sonrió con ternura abrazando a sus dos huevos, perfumandolos con su dulce aroma, demostrandoles que estaba ahí para ellos, y que todo su amor era también para ellos.

Algunas lágrimas mancharon sus pálidas mejillas; la otra parte de su corazón sentía mucho dolor por no estar con sus amados alphas, que pudieran darle ese amor y seguridad que necesitaba en esos momentos tan duros. La realidad era que tenía que ser muy fuerte, mucho más fuerte de lo que ya era.

-No teman, yo los protegeré...-les daba todo el calor que necesitaban; se supone que el padre de las crías aportaba ayuda para el calor necesario para los huevos, y sin ellos era mucho más difícil.

Utilizaba gran parte de su magia, para compensar ese hecho, y de que no les faltara calor a sus bebés, y estaban muy estables. A veces dejaba que su cuerpo sintiera la frialdad de la cueva, y hacerlo sentir bien, sin dejar que el cambio de temperatura dañara a los huevos. Pronto, pronto tendría la dicha de ser un padre/madre que tanto deseo ser; aunque sus alphas no estuvieran, le habían enseñado tantas cosas y una de ellas, era no dejarse someter a voluntad de otros, sino a expresar y dar su sentir.

Era un dragón mágico bastante fuerte, un omega fiero que no se dejaría lastimar por otro alpha ajeno de su vida. Seguía viendo la lluvia caer como único espectaculo para tenerlo muy entretenido mientras el tiempo pasaba; el sueño comenzó a estorbar en sus dorados ojos, un tanto cansados, y la hora de dormir pronto se acercaba; se enrollo con su larga cola, mientras daba mucha seguridad a sus pequeños; estaba muy cansado y a la vez muy feliz de que otro día pudo seguir su destino, y no se echaría hacia atrás. Suavemente cerró sus ojos sin poder evitarlo, ya era la su hora de descansar, su cuerpo y su mente estaban cansados.

La lluvia sonaba constantemente contra el piso, y no parecía que estaba por detenerse; el joven omega estaba pasando una noche muy placentera en la cueva que había arreglado para vivir en ella, y había creado su nido en ese lugar, y todo parecía estar marchando bien, sin que pudiera dar con su paradero, del cual comprendía que no sería tan fácil de ubicar, y estaba confiado en eso.

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Cuidar de sus hijos era muy importante, y de igual manera necesitaba tener fuerzas para poder hacerlo; así que tendría que adentrarse al bosque para poder lograrlo, y sin opciones, era lo mejor que podía conseguir, y era otro reto el no ser reconocido por otro híbrido que lo pudiera delatar. Era un dragón/omega que podía poner huevos especiales, era muy codiciado por muchos. Lo bueno era que su magia era muy útil en esos momentos tan importantes.