¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Explicarle un juego de roles a Gon parecía ser una tarea difícil más no imposible, llevaban aproximadamente unos treinta minutos en la habitación con un Killua que no paraba de dar vueltas sobando el puente de su nariz.
—Repasemos de nuevo. —comentó para parar de caminar.
—¿Entonces ahora eres mi profesor y yo tu alumno?
—Sí, así es.
—¿Desde cuándo?
El albino juntó sus manos frente de su cara palma con palma.
—Eso no importa, solo es un juego. Estamos actuando, como en las películas.
—Oh. —alargó la vocal.
Nuevamente iba a seguir con la explicación pero fue interrumpido.
—¡Killua es genial, puede ser lo que quiera ser como las muñecas Barbie!
—¡I-idiota, ese no es el caso de esto! —la calentura estaba en un serio peligro, no se le quito en todo el día la idea y estaba impaciente de comenzar pero la conversación se desvió demasiado.
Gon lo miraba con brillitos alrededor de admiración.
Y es que por su parte estaba ansioso, los dos estaban vestidos tal cual unos estudiantes de colegio pero el conjunto de Killua era distinto. Llevaba esa camisa blanca característica un poco desabrochada que no podía evitar observar cada que vez que se movía. Los pantalones tanto como el saco que era de un color negro junto con unos zapatos marrones.
—¿Podemos comenzar ya? —estar en el borde de la cama empeoraba su estado. Tan pronto terminó de hablar el albino se acercó dejando caer el saco al suelo.
Quizás fue innecesario comprar la ropa para usarla unos diez minutos. Seguramente se volverían un trapo en cuestión de tiempo. Pero si era efectivo para entrar en ambiente.
—Te daré una lección privada. —se relamió los labios para comenzar a besarlo con desespero. El juego sin riesgos de que Gon lo interrumpiera sería así. Sino le daba oportunidad de contestar no volverían desde cero de nuevo.
Lo único que extrañó a Gon mientras empezaban su intimidad era que no vio por ningún lado los condones. Killua siempre los colocaba cerca al momento de la verdad y le causó curiosidad.
Además de que su nariz tan desarrollada captaba con facilidad el olor a látex que estaba ausente esa ocasión.
Pero se rindió por el calor de momento dejando ese pensamiento de lado, le encantaba cuando su pareja tomaba especial atención en los lugares que eran sus preferidos. Estuvieron así unos minutos hasta que ambos estaban desnudos y fue cuando notó que el pene de Killua empezaba a entrar piel con piel.
Se sentía diferente, estaba preparado bien y no le dolía. Sus uñas cortas se clavaron contra la espalda fornida.
—Ma-maestro... —dijo Gon como pudo para morder su hombro tras empezar los movimientos fuertes y certeros.
Aquello enloqueció a Killua quien no podía aguantar más de las sensaciones y gruñó al sentirse repentinamente apretado. Temblaron casi al mismo tiempo disfrutando del orgasmo intenso que se había presentado.
Inmediatamente el más alto quería repetirlo, siempre tuvo la fantasía de hacerlo sin condón.
No se esperó para nada que el moreno lo abrazara mirándolo con una súplica silenciosa. Entonces supo que no era el único que quería.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
