𝐃𝐢𝐬𝐟𝐫𝐚𝐜𝐞𝐬.

440 36 21
                                    

—¡Celebremos de que Kurapija esté vivo! ¡Hip! —alzó una cerveza de lata Leorio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Celebremos de que Kurapija esté vivo! ¡Hip! —alzó una cerveza de lata Leorio.

—Agradezco la intención pero... —se quedó callado. —¿Cómo me acabas de decir?

El contexto era gracioso ya que ambos tenían orejas de perro y gato en la cabeza. El rubio el de minino que simulaban muy bien entre su cabello, mientras que el mayor del grupo seguía con sus inventos por haber tomado demasiado. Fue el de la idea para tener una reunión diferente. Cuando se dio la vuelta se notaba la cola perruna de un tono marrón.

Kurapika intentó calmarlo para evitar algún accidente mientras Alluka veía todo sentada al lado de su hermano.

—Que divertido, no pensé que alguien se emborracharía con tomar dos latas de alcohol. —la menor de los Zoldyck miró al albino que tenía cara de pocos amigos. —¿Estás bien?

—¡Ah! Disculpa. —acarició su cabeza en modo de disculpa mientras hacía un puchero. —Pensaba en algo.

—Seguro es por Gon, se ha tardado mucho en traer el pastel.

—Creo que debería volver a llamarlo.

Se levantó quejándose, le intentó de convencer de ir con él pero como siempre se negó estando tan decido de que lograría el encargo solo.

La llamada no era atendida aumentando su preocupación pero mientras se alejaba para tener mejor recepción el sonido de la puerta fue abierta.

—¡Perdón! Había mucho tráfico. 

Killua estaba a nada de abrir la boca para regañarlo pero la imagen lo dejó estático. Gon tenía unas adorables orejas de perro que le hacían ver adorable, no, demasiado adorable.

Se erizó como un gato completamente rojito.

—¡Ah! ¡Killua! ¡Qué lindo te ves! 

Antes de poder responder el moreno había dejado la caja mediana en la mesa más cercana y volvió para abrazarlo.

Se supone que debería decir lo mismo, mejor dicho, ser el primero en decirlo pero diablos. Quedaba como un bobo.

Ambas mejillas fueron frotadas entre sí mientras el albino lo sujetaba de la cintura.

Alluka apareció saludando a Gon y dándole un abrazo, ella también llevaba puesto orejas de gato igual que Killua.

—¿Dónde está Leorio y Kurapika? —preguntó cuándo se adentraron en la sala.

—Seguramente Leorio está regresando lo que acaba de comer hoy. —comentó el pálido con una sonrisa maliciosa.

—¿Paso algo? 

—Digamos que estará mejor pronto. Kurapika está con él. —dijo Alluka.

Ante la ausencia de sus amigos se quedaron en la cocina para disfrutar del postre mientras charlaban. Ya era algo tarde.

—Hermano, tengo sueño. —sobó uno de sus ojos y Killua la cargó.

—La llevaré al cuarto.

Tenían una habitación libre para ella, después de todo no la dejarían dormir en el sofá como a ciertos individuos.

Prestar el apartamento para la reunión tenía sus ventajas, pero también sabía que tocaría hacer una buena limpieza después.

—Killua... —la voz de su pareja hizo que le mirara al regresar a la cocina. Mantenía los brazos estirados hacia su posición.

—¿Qué pasa? ¿Quieres que te cargue también?

Asintió como un niño para ser rodeado con los brazos que lo sujetaron al estilo nupcial.

Caminó hasta el pasillo donde reconoció las voces que se encontraban de fondo, parecían tener una discusión. Se lo esperaba.

Al estar en su habitación lo dejó sentado en el borde de la cama luego de cerrar la puerta. Los orbes mieles lo miraban constantemente.

Hizo contacto visual de manera silenciosa esperando la respuesta de su comportamiento, fue rodeado por el cuello recibiendo un beso.

—Gon... —correspondió tomando la iniciativa. Lo estrechó contra su cuerpo para recostarlo mientras continuaban provocando un ruido cada vez que se separaban.

El moreno buscó colocarse encima, sintiendo algo duro abajo de sus glúteos. 

Gimoteó cuando las manos pálidas acariciaban sus pezones, levantó los brazos para retirar la camisa y dejarla en el suelo.

Killua apretaba el trasero mientras gruñía, los roces se volvían bruscos sobre su entrepierna.

Se separó después de haber chupado el pecho lo suficiente para dejar a su pareja con las piernas apoyadas de la cama al igual que sus manos para poder verlo.

Con suficiente lubricante en su mano dio círculos en la zona rugosa al separar uno de los glúteos del otro. Notar cada expresión que hacía Gon por sus acciones lo excitaban demasiado. El moreno entrecerraba los ojos y mordía de vez en cuando sus labios intentado no ser tan ruidoso.

Pronto pequeñas lágrimas se acumularon por la cantidad de placer teniendo que apretar las sábanas. Vio como el albino desalojaba su entrada para bajarse el pantalón que lo estaba apretando demasiado.

Acercó más su cuerpo cuando la punta rozó su agujerito gimiendo por lo bajo.

Entre los dos lograron una sincronía perfecta. Cuando Killua entraba el otro empujaba para que llegara más profundo, la habitación se llenó de jadeos y gemidos hasta que el tan conocido cosquilleo se presentaba.

El agarre en las caderas de Gon se notaba de lejos que dejaría marcas pero no importaba en ese momento. Aunque seguramente le regañaría por eso.

Un chillido opacó el resto de los sonidos, ambos experimentaron el delicioso orgasmo siendo el azabache quién se adelantó por solo un poco. Se dejó caer por la debilidad repentina que presentó después de que se liberara.

Logró colocarse de lado donde el sudor apenas se notaba por la luz de la ventana, la esencia se resbalaba de su abdomen y parte de atrás. Su cabello oscuro estaba despeinado y algo pegado a su frente, Killua se acercó para dejarle un beso en la frente.

—¿Dónde carajo se metieron? —Leorio preguntaba arropándose mientras tomaba su espacio en el sofá cama.

—Yo tú no los buscaría. —avisó Kurapika que regresaba con cara de trauma.

Fue mala idea ir al baño en ese momento.

Fue mala idea ir al baño en ese momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


𝐒𝐦𝐮𝐭𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫 ¦ drabbles KillugonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora