Young and Beautiful

Cap. 26

Disclaimer: Boku no hero es propiedad de Kōhei Horikoshi, el mangaka que a pesar de todo, todavía le tengo un poco de fe y de su respectiva casa animadora [Bones]. Este fic es sin fines de lucro.

Advertencias: Contenido sexual explícito. Este capítulo no pretende romantizar una situación cuestionable. Recuerden que esté fic está bajo un contexto perturbador y distópico. Leer bajo su propio criterio, percepción y riesgo. Capitulo extenso.

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Advertencias 2.0: Puede que haya diálogos y comportamientos con Red Flags del tamaño de Mesopotamia. Advertidos están.

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No me funen, porfa.

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— ¿Mejor?

—"Mejor" nunca significa "mejor para todos". Para algunos siempre es peor.

- The Handmaid's tale, Margaret Atwood-

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Las vacaciones comenzaron con Izuku regresando al departamento de Inko. También cortando con todo lazo de amistad de Iida.

Empacó sus cosas y volvió al que alguna vez llamó completamente su hogar. Sabía que ya no podía llamarlo así, pues solo podía ver lo que únicamente eran paredes que delataban, en la mayoría del tiempo, la ausencia de su dueña.

Después de su agitada confesión, se despidió de los gatos, de Aizawa y de lo que creyó por un momento que fue real. Una sola acción que intuyó, pudo haberlo matado.

Había llorado en el regazo de su madre. Le había dolido la respuesta del mayor. Su instinto, su omega interior, rechazado, chilló ante la impotencia y desespero.

Tras calmarse y pensar fríamente las cosas, Izuku finalmente pudo pensar con claridad todo lo que ocurrió en aquellas dos decisivas semanas.

Meditó hasta que su cabeza se sobrecalentó por el esfuerzo y finalmente, después de esas dos semanas y una fiebre por la que casi muere, comprendió que su mamá y profesor tenían toda la razón.

Él solo era un adolescente que no sabía nada de la vida y cuya ingenuidad lo orilló a permitir a su omega interior tomara las riendas de su mente, confundiéndole e infundiéndole una gigantesca ansiedad.

Sostuvo su frente y sonrió de lado, una solitaria lagrima deslizándose en su mejilla.

—Izuku ¿Estás listo?

El omega secó sus mejillas húmedas con rapidez, asintiendo sin deliberar la preocupación en los ojos de su madre.

—Esta marcha va a ser una de las más importantes del movimiento –mencionó la mujer luego de notar la distracción de su hijo, quien solo afirmaba por inercia desde que salieron de casa—. Estoy feliz de que me acompañes.

Izuku asintió una vez más, con la diferencia de que esta vez, si escuchó las palabras dichas por su progenitora. No solo lo hacía porque era importante para ella, sino porque manifestó su interés en acompañarla en reuniones de organización de desfiles, sintiendo una genuina predilección por los discursos de los líderes del movimiento, pues los mensajes siempre eran esperanzadores.

Mensajes que lo orillaron a consultar a All Might. El rubio, lejos de frenar su interés, lo animó a expandir sus horizontes, escuchar a quienes creyera que necesitaban ser escuchados para así formar una opinión más clara y sólida que, en experiencia de su mentor, podría llevarlo a comprender sus metas en el futuro y saber que es lo querría representar más allá de ser un símbolo de la paz.