• iv • Conocer

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-¡QUACKITY APRESURATE O ME VOY SIN TI, CHAVAL!- El grito de Rubius fue acompañado por varios golpes seguidos contra su "puerta".

El abrupto sonido lo hizo sentarse rápidamente en su cama y mirar a su alrededor. Su casa no tenía ventanas, era prácticamente solo un cubo de piedra que tardó todo el día anterior en construir, por lo que no podía ver que tan temprano era o siquiera si el sol había salido.

Pensándolo bien el sol tenía que haber salido ya. Llevaba toda la noche mirándo el techo de su cubo de roca. Tanto Merlon como los héroes le habían explicado cuan peligroso era Karmaland por la noche y como, mientras se acostumbraba al pueblo, debía quedarse en casa.

-¡QUACKITY TIO, RÁPIDO!

Se sentía como animal enjaulado y solo había sido una noche.

Quackity se levantó de su cama y se estiró un poco -¡YA VOY CABRÓN, ESPERAME!

Escuchó la risa de Rubius fuera de su casa y se frotó los ojos. Mínimo esperaba que lo dejara arreglarse en paz por 5 minutos.

Se lavó la cara en el lavabo y se vió en el espejo. Su cara se veía cansada y él sentía que la energía que normalmente lo llenaba se iba acabando poco a poco. Era raro, nunca le había pasado algo parecido, pero desde que estaba en tierra firme cualquier cosa que hacía parecía que lo desgastaba poco a poco.

Negó con la cabeza y decidió ponerlo de lado, tal vez solo no se había acostumbrado completamente a su lado mortal siendo el predominante. Cerró los ojos un momento y sintió como su gracia seguía dentro de él, fluyendo por su cuerpo como olas de aire fresco. Al mismo tiempo, el palpitar de su corazón retumbaba en su pecho, recordándole que ahora estaba en tierra firme y su lado mortal era el que mandaba.

-¡QUACKITYYYYYY!- La voz del oso sonó en sus paredes llamando la atención de Quackity por tercera vez.

Desde que se presentó el día anterior con los héroes todos había querido pasar tiempo con él, cosa que no se había esperado. Él había esperado caras de confusión, preguntas del por qué, un hola y dejarlo de lado para seguir con lo suyo, no que todos quisieran enseñarle cosas diferentes en el momento que Quackity les aceptara la propuesta de ser acompañado.

El primero que le había ofrecido un tour fue Luzu, el cual no dudó antes de aceptarlo y seguirlo alrededor. Quackity quería hablar más con él, desde que lo vió por primera vez se había decidido a conocerlo, pero con todos los héroes detrás de ellos había tenido poco tiempo con él.

El tour se había convertido en anécdotas de las casas del pueblo, una vuelta a las casas de cada uno de los héroes, y explosiones causadas por minas que ponían sobre el camino que andaban para que cualquiera pudiera caer y explotar en ellas.

La primera, para desgracia del semidios, la había pisado él mismo. No se dió cuenta de lo que había hecho hasta que un pequeño click se oyó a sus pies y apenas y tuvo tiempo para reaccionar. Al principio sintió como el enojó comenzó a crecer en su pecho, una parte de él preparándose para dejarles en claro que no podían matar a un semidios así de fácil, pero todo se disipó cuando Luzu, con una sonrisa de disculpa lo ayudo a ponerse en pie y Quackity pudo escuchar a Vegetta regañando a los héroes mientras estos reían.

Luzu le explicó como, gracias a una bendición de los dioses, no era fácil matar a los héroes. Ahora que Quackity era uno de ellos, él también tenía la bendición.

Un vago recuerdo de Iker y Juanqui hablando acerca de si cierta misión era muy peligrosa para los héroes pasó por su mente y la reacción del grupo fue aclarándose poco a poco. Ellos no tenían sangre de dioses en sus venas pero definitivamente el título de "héroes" no era por cualquier cosa.

Gods' Grace {LUCKITY}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora