Gods' Grace {LUCKITY}

• ix • Explorar

Lo último que recordaba era que estaba en el bosque corriendo. Un sentimiento le decía que era porque había hecho unas carreritas con Alexby.

Abrió sus ojos lentamente dejando que se acostumbraran a lo que él creía iba a ser los rayos de sol golpeándolo en la cara. Pero en lugar de los rayos de sol y el sonido de los animales que solía provenir del bosque a las afueras de Karmaland, Quackity se encontró con una oscuridad casi total.

Quackity se sentó en su lugar asustado. Lo último que esperaba era que las drogas de Paco Porros fueran lo suficiente fuertes como para dejarlo ciego.

El sustó lo hizo tomar una bocanada de aire rapido e, innalando la húmedad que había en el aire, lo hiciera comenzar a toser. Mientras tosía sus ojos se acostumbraron a lo que muy probablemente era la oscuridad de una cueva.

Una mazmorra.

—Aquí Quackity— Una voz detrás de él llamó su atención y pudo ver como Luzu le ofrecía una cantinflora con agua y con su otra mano, le acercaba carne seca.

Quackity no lo pensó dos veces antes de tomar la cantinflora y beber el agua. Su boca estába horriblemente seca.

Una vez acabado con el contenido de la cantinflora tomó una bocanada de aire y suspiró. No sabía como explicarlo pero se sentía cansado, como si el cuerpo le pesara más de lo normal y quisiera poder dormir una eternidad. Quackity sabía que si hubiera despertado en algún lugar con sol la cabeza hubiera comenzado a palpitarle por el dolor.

—Trata de comer algo de carne seca también— Luzu le sugirió en voz baja.

Quackity miró la mano de Luzu que todavía le ofrecía la comida y levantó la mirada para ver al de ojos rojos. No sabía que tanto había dormido pero pudo ver como Luzu parecía realmente preocupado por él. Un nudo en su pecho lo hizo mirar rápidamente hacía otro lado. El semidios no sabía por que pero mirar directo a los ojos rojos del castaño lo hacia ponerse bastante nervioso.

Ya que no estaba viendo a Luzu pudo notar que sus ojos se habían acostumbrado casi completamente a la mazmorra en donde estában. El resto de héroes dormían alrededor de una fogata y varías piedras cubrían la entrada y salida de la habitación. Recargado en la pared al lado de Luzu, Vegetta estaba sentado mirándolo con una mezcla de diversión y enojo.

No estaba seguro de querer saber en cuantos problemas se habían encontrado Alexby, Fargan y él estando drogados.

—Buenos días, bello durmiente— Vegetta comentó sardónico. Mientras que su tonó de voz no daba indicios a que lo fueran a regañar, Quackity notaba el obvio tono de exasperación en su voz.

—Uhm— Quackity buscó con la mirada cualquier cosa que lo ayudara a cambiar de tema pero no encontró nada. Lo único que se oyó fue una risa ahogada de Luzu —¿Lo siento?—

Quackity no lo sentía.

Pero también había aprendido que una disculpa falsa servía para salvarlo de monólogos acerca de la responsabilidad igual de bien que una disculpa real.

—Hombre que drogarse justo antes de una misión es nueva. Cada día me sorprenden más con las ideas que sacais para llegar tarde—

—Yo...— Quackity miró de reojo a Luzu el cual solo se encogió de hombros y levantó una ceja. Parecía que no iba a intervenir en su conversación con Vegetta —En mi defensa estoy chiquito y me obligaron a tomar como 10 marihuanas—

—¡Quackity pero si eras tu el que sacó más porros mientras que veníamos hacía la mazmorra!— Vegetta exclamó elevando la voz. Con un leve "shh" de parte de Luzu y señalando hacía donde estaban sus compañeros durmiendo, Vegetta pareció calmarse. No mucho, pero lo suficiente como para seguir sin gritar —Tio que hasta los Dioses mandaron rayos para que se estuvieran quietos.