Al Límite de la Seducción (Adaptación Jenlisa G!p)

Capítulo 6

Tengo dos días libres, así que esta noche he preparado algo especial para Jennie, voy a enseñarle más placeres de la vida.

Esta mañana hice una visita al sex shop, y he comprado varias cosas, entre ellas un aparatito que nos va a hacer disfrutar nuestro juego esta noche muchísimo a las dos… sobre todo a ella, mi linda gatita.

Se trata de un vibrador en forma de V, para llegar al clítoris y al punto G a la vez… y puedo ponerlo en marcha con mi celular.

La casa de Jennie me sorprende.

Esperaba encontrarme con una habitación, fuerte y práctica como ella, pero en su lugar me encuentro un apartamento repleto de muebles antiguos y recuerdos de fotografías.

Jennie me abre la puerta un poco nerviosa, y la hago dar una vuelta completa para disfrutar del vestidito negro que ha elegido para esta noche.

Tras unir mis labios en un dulce beso, me pongo de rodillas y le bajo la ropa interior sin dejar de mirarla a los ojos.

Jennie se relame expectante, y saco mi nuevo juguete del bolsillo de mi blusa.

Tras humedecer el juguete un poco con mi lengua, lo inserto en su interior.

Jennie abre las piernas esperando más caricias, pero le subo de nuevo la ropa interior y me pongo de pie a su lado para ayudarla a ponerse una chaqueta mía para que no tenga frío.

—¿En serio Lisa quieres que salga con eso ahí puesto?

—¿Acaso te molesta?

—No, pero…..

—Te va a ayudar a estimular los músculos de tu interior, nada más. Además, va bien sujeto con tu ropa, no hay peligro de que alguien lo note.

Jennie suspira y me hace pasar a su casa. Se acerca a la cocina y vuelve con dos copas de vino.

—Lisa toma esto mientras termino de arreglarme.

—¿Y si en vez de salir pedimos comida a domicilio y nos quedamos aquí gatita? —pregunto acercándome a Jennie.

—¡Ni hablar Manoban, me prometiste algo y debes cumplir tus promesas! Dijiste que iríamos a cenar, así que ahora te aguantas Lalisa.

Jennie se pierde tras una puerta y yo solita me relajo con el vino, que es realmente bueno.

Observo las distintas fotos que hay sobre el mueble del salón.

En todas las fotos sale Jennie acompañada de una mujer algo más joven que ella. Supongo que será su hermana, pues las dos son bastante parecidas.

Hay una foto en particular que me llama la atención.

Jennie está apoyada en un árbol con la toga de graduación de su Universidad sonriéndole a la persona que hace la foto.

Siento unos celos irrefrenables hacia esa persona desconocida que le tomó esa foto.

¿Qué demonios me está pasando? Antes de darme cuenta estoy cogiendo la maldita foto y metiéndola en el bolsillo de mi blusa.

Cuando Jennie hace su aparición, me quedo con la boca abierta, literalmente.

Su cabello está suelto con unos  mechones rebeldes que revolotean alrededor de su cara.

Apenas lleva maquillaje, pero sí lo justo para estar arrebatadora y muy radiante.

Me acerco lentamente a Jennie y la aprisiono contra mi cuerpo.

—Estás hermosa, princesa. Voy a ser la mujer más envidiada de todo el mundo.

—Exagerada Manoban —contesta Jennie riendo—. ¿Nos vamos?