Al Límite de la Seducción (Adaptación Jenlisa G!p)

Capítulo 1

Cuando llego a casa de Solar, el cansancio amenaza con dejarme dormida a la primera de cambio.

Mi hermana me abraza y me lleva a la cocina, donde me pone delante un plato de macarrones con quesito, mi comida preferida.

—Gracias, hermanita. Estoy hambrienta.

—¿Cuántos días llevas sin comer decentemente Lisa?

—No lo recuerdo. Creo que desde que no vengo por tu casa.

—Eres todo un caso, Lalisa. Con tu trabajo tienes que estar bien alimentada y descansada. De no ser así puedes cometer un error, y….....

Mi sangre se hiela por sus palabras. No puede ser…........ Esa chiquilla de mirada felina, no se habrá atrevido, ¿Verdad?

—Hermana dime que no ha estado aquí Jennie Kim.

—Si, vino esta mañana, y fue muy amable conmigo. Me hizo unas cuantas preguntas sobre ti… Te están investigando, hermana. Deberías ser un poco más responsable en tu trabajo.

—A ver, hermanita… que quede una cosa bien clara. Ninguna de las negligencias médicas que está investigando esa chiquilla ha sido obra mía, ¿De acuerdo? Puedo ser una chica que le gusta divertirse, no lo niego, pero en mi trabajo soy muy responsable.

—Lo siento, pero ella me dijo que te acostabas con todas las chicas en horas de trabajo y pensé…..

—Me acuesto con compañeras de trabajo fuera del horario laboral, que es muy distinto hermana, y que yo sepa no he firmado en ninguna parte del contrato que no pueda hacerlo.

Todo esto es culpa de Nancy, la sobrina de mi jefe.

Esa chica se ha propuesto a joderme porque no quise acostarme con ella, y te aseguro que en cuanto la vea, voy a dejar unas cuantas cosas muy claras. ¿Dónde están los pequeños?

—Están haciendo los deberes en el salón. En la refrigeradora tienes la cena para tí y ellos. No creo que tarde demasiado, pero ya está la comida.

—Hermana… vete tranquila. Sé cuidar de mis sobrinos. Y de mí misma también.

—Permíteme dudarlo Lisa —me abraza —. Deséame suerte —dice cogiendo su bolso.

—No la necesitas Solar. Eres la mejor y vas a conseguir ese empleo. ¡A por todas!

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La tarde con mis sobrinos ha sido un auténtico infierno.

Ellos son dos angelitos, pero yo misma ya no podía permanecer con los ojos abiertos.

He intentado jugar con ellos a algún juego, pero no podía estar atenta y han acabado enfadándose por “No ser una ñiñera profesional”, según ellos.

Al final de todo he optado por ponerles en la televisión una película de Disney mientras yo descansaba un poco en el sofá.

Es una locura, como se entretienen con una sola película.

Mi hermana llegó hace una hora, con una sonrisa triunfal y un trabajo como secretaria debajo del brazo.

Hemos cenado juntas y ahora me dirijo a mi apartamento.

Es mi nueva adquisición, y aún faltan la mitad de los muebles, pero es un lugar único… y perfecto para mí solita.

Me quito la ropa de camino a la ducha, y caigo en la cama como una pluma.

Ya recogeré la ropa por la mañana, que por suerte al día siguiente estoy de turno en la noche, así que puedo dormir hasta mediodía tranquila sin preocupaciones.