El amor, algo tan peligroso y hermoso a la vez.
Podemos imaginar mil cosas y soñar otras mil cosas. Pero nada de eso es real, todo eso esta en un pequeño espacio dentro de nuestra mentre, ese espacio donde desaríamos que todo lo irreal se volviera r...
Nuestro relato empieza aquí, Britannia, año 7XX, la resurrección de los diez mandamientos fue algo inevitable, para bien a para mal, las tropas elite del Rey demonio habían vuelto y con ellos el reinado del terror que alguna vez mando el mundo a su gusto y antojo.
Claro que esta vez hubo ciertas diferencias, por qué sucedieron estos eventos es algo que nadie sabe, nuestra historia cambia en el momento en el que Zeldris -líder actual de los diez mandamientos-, ordena a los demás mandamientos separarse para así recuperar poder mágico y lograr romper el sello.
Aquí eso no paso, Zeldris no les ordeno separarse y que ellos empezaran a actuar a su gusto y antojo, no, mando a cada mandamiento a acabar con pueblos cercanos, siempre que acaban volvían con los demás y así ir recolectando poder mágico poco a poco, tenía cuentas pendientes con su hermano mayor, así como muchos otros de los mandamientos, esta vez pensaba vengarse y acabar con el dolor que su hermano mayor le provoco.
Esta demás decir que, la desaparición o la aniquilación de pequeños pueblos entre el límite de Liones e inicios de Camelot no paso por alto para ningún soberano, mientras que Arturo intentaba cuidar a su gente, el rey de Liones, su majestad Bartra, uso su poder para así tener una visión sobre lo que ocurriría.
Ban tenía planes de irse, para así ir al bosque del rey hada a dejar la dosis diaria de sangre que -sabía- necesita al árbol sagrado, ya luego de haber cumplido esa misión se dedicaría a buscar una manera de revivir a su amada, claro que todo eso se fue por la borda cuando el rey los llamo de emergencia evitando así la partida de Ban
La reunión fue "preocupante", Bartra había solicitado -exigió- que ningún pecado se fuera de la capital hasta nuevo aviso, además de ordenarle a Meliodas que buscara al último pecado capital, Escanor el León del Orgullo, el séptimo pecado capital
Claro que, quién termino buscando y encontrando al León no fue nada más, ni nada menos que Merlín, el Jabalí de la Gula -le tomo varios días-.
Que Escanor regresara fueron de los pocos momentos -y últimos- felices de pudieron llegar a tener, una vez con el León del Orgullo devuelta a la orden, vino la verdadera razón del porque la preocupación de su majestad, claro que nadie espero que el mismo nos ordenara nuestras nuevas misiones, las palabras que pronuncio fueron dichas con tanta seriedad, preocupación y obsesión que era obvio que algo pasaba, mas nadie comento o pregunto al respecto, claro que si hubiéramos preguntado tal vez la historia sería diferente y el cómo acabamos.
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— ¿Esto es una broma Bartra?
—¿Tengo cara de estar bromeando?
El rubio solo pudo cerrar los ojos para después cruzarse de brazos.
—Está claro que no lo hace...
Ese pensamiento lo inundo, rápidamente el dragón de la ira se paro lo mas recto que podía y lo vio a los ojos, Bartra le estaba ocultando algo, pero no sabía que, además no es como que pudiera interrogarlo o obligarlo a decirle, después de todo, su escuadrón estaba con él.