7.El Castigo

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El resto de mi día había transcurrido sin problemas, el profesor de historia había quedado asombrado con mi trabajo (hecho por mi hermano) y la profesora de Matemática me había pasado a matemática avanzada. Eso en realidad no era tan bueno, quiero decir, me encantaba tener la oportunidad de aprender más al respecto, y más si tenía en cuenta que en la clase normal damos los mismos temas todos los años porque aquí nadie parece tener neuronas funcionales. Pero al mismo tiempo eso haría que volviera a donde estaba años atrás, en lo más bajo de la pirámide social. Para mi suerte estas clases eran cuando la mayoría de los estudiante ya se habían ido, por lo que nadie podría verme.

Se suponía que ese día mi amiga Lana iría a casa, pero tuve que explicarle que por una semana me tocaba limpiar los baños con Derek y el idiota de Ian. Sé que ella es medio boba, quiero decir, realmente en este lugar no es importante para nadie la inteligencia, y Lana no era la excepción, pero en un gesto de buena amiga se ofreció a ayudarnos.

Así que en ese momento cinco minutos después de que el instituto se vaciara, estábamos mi hermano, mi amiga, el idiota y yo frente a los primeros baños.

—Estoy realmente muy agradecido con ustedes niños, hoy en día nadie quiere limpiar los baños, y yo ya estoy viejo. Si no se hubieran ofrecido no se que habría pasado— Sip, ese era el conserje, el hombre limpiaba el lugar desde antes de que mis padres fueran ahí. Es decir, cuando hasta los dinosaurios eran en blanco y negro. Bueno no tanto tiempo atrás. La directora le había dicho al pobre hombre que nos ofrecimos a ayudarlo y él estaba muy feliz y se iba a ir a su casa y nosotros nos quedaríamos allí. Limpiando unos muy asquerosos baños.

—Señor en realidad nosotros no nos ofre. Auch!— exclamó Derek cuando la directora le pellizcó el brazo. Era eso legal? No lo se, pero nadie más se quejó.

La señora Summer se retiró dejándonos solos con unos cuantos elementos que nos ayudarían a limpiar aquel desastre. Abrimos la primer puerta, la del baño de los chicos, y oh dios mio, eso era horrible. De allí dentro salía un olor a putrefacción sobrenatural. Rápidamente tomé a Lana del brazo y nos dirigimos al lugar correspondiente de chicas. Y si tengo que serles sincera, no lucía mucho mejor, pero al menos el olor no era tan fuerte.

Tomamos el agua con los poderosos productos anti-mugre y comenzamos a refregar todo lo que allí dentro había, incluidas las paredes y los espejos. Obviamente dejamos los inodoros a lo último. Y en el momento de limpiarlos sentimos ruidos provenientes del otro lado de la pared. Salí corriendo para allí y al abrir la puerta el olor no era tan fuerte como antes pero el lugar estaba prácticamente igual, a diferencia de que Ian y Derek estaban largando el almuerzo, la merienda y todo lo que ingirieron, dentro de los inodoros.

—Oh dios mio que asco!

Comenzaron a invadirme unas ganas tremendas de devolver la comida por lo que abandoné el lugar y volví con Lana que ya había limpiado bastante. Visto así el baño de las chicas no estaba tan mal, y menos después de haber presenciado al idiota y a mi hermano vomitando.

—Ese es Ian Summer?-preguntó Lana. Con un tono de voz que me hacía saber que esa pregunta conllevaba muchas más, pero no era por su interés, ella estaba súper enamorada de Eric, el amigo de Derek recuerdan? Aquel que tiene auto...

—Si, es Ian.

—Que le sucede?

—A que te refieres?— pregunté confundida mientras continuaba intentando arrancar la mugre que había en ese lugar, incluso varias golosinas que parecían llevar años pegadas allí.

—A que antes eran inseparables, y bueno quizá no se llevaba bien con Derek pero tu familia lo adoraba. Y ahora, pues, es así. Y está mas bueno que el chocolate.

—Pero que dices? Es que te has golpeado? No está tan bueno-dije remarcando la palabra TAN.

"Claro que lo está boba" me recordaba la voz irritante de mi cabeza.

—Cállate voz— debí decirlo en voz alta porque Lana me miraba de forma extraña.

—Supongo que cambió, yo cambié, tú cambiaste, todos cambiamos. Ya no es lo mismo— dije terminando con el tema de conversación y sumiéndome en mis pensamientos mientras luchaba con un pegote verde de proveniencia desconocida. Era cierto que Ian había cambiado, ya no era el mismo niño dulce e inteligente que había conocido, sino que se encontraba bastante parecido a Derek. No físicamente, pero por lo que ví ya no le importaban sus estudios y bueno, es claro que está mucho mas atractivo de lo que era, aunque creo que es sólo el hecho de que ya no usa sus gafas. Me preguntó si usará de contacto... No hay forma de que vea, el pobre sin ellas veía completamente borroso.

Cuando terminamos los primeros baños de la semana nos sentíamos agotados, claramente Lana y yo habíamos hecho un mejor trabajo que mi hermano e Ian.

—Gracias Lana por quedarte, no habría logrado yo sola limpiarlo todo.

—Sabes que no me molesta, además ya no compartimos tantas clases. Ah mi madre quiere saber si estarás disponible las próximas dos semanas.

Verán, mi adicción a la lectura me estaba costando cara, y cómo Lana iba a clases particulares luego del instituto y su madre trabajaba, yo cuidaba a su pequeña hermana a cambio de una pequeña paga que me permitía comprarme todos los libros que quisiera.

—Si, estaré disponible.

—Gracias Dan, no sabes cuánto nos ayudas.

Ví la larga melena rubia de Lana alejarse en dirección a su casa, al día siguiente comenzaría a cuidar a Liz, pero ese día podría ir a mi casa a descansar tranquilamente. Mi hermano aguardaba junto al auto de papá, que se había quedado horas extras con el equipo de fútbol y se veía realmente agotado. Es que por más que es el entrenador las hamburguesas extras que tiene acumuladas le hacen el trabajo mas difícil. Estábamos ya por arrancar el auto cuando alguien nos lo impidió.

—Entrenador Miller! Entrenador! Espere!

Ian corría hacia nosotros. Mi padre se detuvo a observarlo detenidamente, por su expresión debió notar que no lo reconocía.

—Entrenador, soy Ian Summer.

La cara de alegría de mi padre no podía ser mas grande. Le dio un apretón de manos seguido de un abrazo que casi asfixian al muchacho.

—Ian, pero que grande estás. Que te trae por aquí?

—Verá entrenador Miller, yo me pre..

—Rob por favor, Rob Miller. El horario de entrenador ya terminó— Ay si, como no. A él le encantaba que le dijeran entrenador, hasta nosotros le decíamos entrenador.

—Rob, yo me preguntaba si sería posible tal vez, que entre al equipo...

—Por supuesto que si hijo!—La mandíbula de mi hermano casi se cae.

—No, no, no, no, no puede, padre—estaba enloqueciendo, y yo no iba a calmarlo, más bien, me mantenía lo mas alejada posible de esa conversación. Esperaba en el asiento del copiloto mientras escuchaba música, claro que a un volumen suficientemente bajo como para oír todo. Que se creen? Que no me interesa?

—Derek compórtate. Por qué no habría de entrar?—La mente de mi hermano empezaba a funcionar, y yo que bien lo conocía, sabía que no estaba planeando nada bueno. Porque cuando del enojo pasa repentinamente a estar feliz, es porque algo malo va a ocurrir.

—Padre, sería muy sospechoso si lo dejas entrar así como así, muchos estudiantes empezarían a pedirte que los dejes entrar. Ya sabes cuántos quieren hacerlo. Pero no podemos dejar que gente mala entre. Así que por qué no llamas a pruebas?

Mi padre pareció pensarlo, y segundos después supe que Derek lo había convencido.

—Bien, llamaremos a pruebas. Pero no te preocupes Ian, de seguro entras.

Pero yo no estaba muy segura de eso. Después de todo somos los hermanos D y cuando las cosas parecen demasiado buenas, es porque hay algo más.

1+1 NO ES DOS [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora