Bueno, primero que nada, esta historia no busca sexualizar a nadie, no incluye escenas +18, tampoco soy de Argentina pero voy a intentar meterle el acento que tienen ellos.
Metanme una piña si tengo mala ortografía, soy nueva en esto así que hago mi...
Después de hacerme la rutina de skincare fui a vestirme. Me puse una ropa bastante chill, un buzo color piel, un short de Enlighted, que ya lo queme un montón, y por último unas Jordans color negro.
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Después de cambiarme me puse a ordenar algunas cosas en mi cuarto, y baje al primer piso de mi departamento. Estaba hecho un quilombo, platos con Capalettini acá y allá, latas de speed por el Set Up, definitivamente vivía en la maldita basura loco.
Me puse a ordenar el departamento, lave los cubiertos, limpie la mesa, tire las latas de speed y de paso me puse a modificar una que otras cosas del Set Up mientras sonaba Harry Styles de fondo.
Cuando terminé de ordenar y modificar todo me fijé en mi celular la hora, eran las 3:20 p.m, bastante bien para mí.
Abrí la heladera para ver si tenía algún sandwichito de miga, y bueno, no me sorprendí en absoluto al ver que no tenía una pija.
Agarré las llaves del depto, mi celular y mi cartera (billetera), seguido de eso salí del depto y fui directo a un Starbucks, me estaba cagando de hambre.
Pov t/n:
Salí del departamento para respirar un toque de aire fresco, parecía una jugadora de LOL compulsiva, no salí desde ayer a la tarde del depto porque me quede decorando todo, ya que Nico no hace una mierda por el depto y aparte está re en la suya.
Fui al Starbucks más lejos porque me pinto salir a caminar, literalmente me fui a la loma del orto por un café de mierda que me lo podía hacer yo, pero bueno, estaba de buenas.
Al llegar al Starbucks entre y formé una fila medianamente larga, cada vez iban llegando más personas y se posicionaban detrás de mí, la fila iba bastante rápida, así que no se me hizo problema esperar un toque.
Cuando llegó mi turno me pedí un café y unas medialunas con crema, la señorita que me atendió fue muy amable conmigo, e incluso me agregó una medialuna pequeña extra, le pagué y fui a sentarme, cada vez la fila se iba disolviendo, hasta que llego un chabón bastante particular, tenía un buzo piel, unos shorts negros con algunos diseños y unas zapatillas negras, más bien, unas Jordans negras.
Me quedé mirándole por un largo tiempo hasta que logré reconocerle, era el mismísimo Spreen, la verdad me dieron altas ganas de romperle las pelotas así que le quite una foto y se lo mande por WhatsApp.
Me sorprendió lo rápido que vio mi mensaje, podía notar lo perseguido que se quedo mirando a su alrededor, hasta que logró encontrarme.
Soltó una risa y comenzó a negar con su cabeza, yo lo saludé con la mano mientras me reía algo bajo.
Spreen caminó hacia adelante y comenzó a hacer su pedido, yo me quedé sentada tomando mi café mientras veía Twitter.
