Mamá siempre viene a arroparme antes de dormir. Me coloca bien las sábanas y mantas y me envuelve en ellas justo encima de los hombros, justo debajo de la barbilla.
Me besa en la frente y me dice que me abrigue bien, que hoy hace mucho frío. Luego, me mira una última vez con ternura y desaparece por la puerta de la habitación entornada.
Lo que mamá no sabe es que estamos en julio y en el cuarto sólo hace frío cuando entra ella.
Fer Lagunes
Cuentos para monstruos