☢️☣️⚠️💢🚨NUESTRA MADRE🚨💢⚠️☣️☢️
Estábamos cansadas de ella, siempre nos golpeaba, nos trataba como basura; para ella siempre fuimos un estorbo que no debió ocupar su vientre, siempre lo dijo, pero ante la gente llenaba su boca de amor y de mentiras, decía que muy en el fondo nos amaba, que nosotras nos encontrábamos en una parte especial de su corazón y mucha basura que se inventaba para quedar bien ante las personas.
Un día se fue de viaje, nos encerró por 2 semanas sin alimento pero sobrevivimos tomando agua; no podíamos pedir ayuda, teníamos 11 años y nunca habíamos ido a la escuela, vivíamos de las apariencias de nuestra madre y su presuntuosa actitud, siempre llamábamos la atención por ser trillizas pero nunca teníamos comunicación con nadie, nuestra madre siempre se encargó de alejarnos de todo. Pasaron las 2 semanas, moríamos de hambre, ella llegó con bolsas de compras, se sorprendió de vernos, en el fondo sentimos que esperaba encontrarnos muertas; empezó a decir que la basura como nosotros no merece viajar y conocer el mundo que debemos morir de hambre como perros callejeros; en ese instante no pensábamos en nada más que en comer pero no se digno a darnos ni un mísero pan, ni una pizca de misericordia por nosotras que no habíamos pedido nacer bajo su techo; se desesperó argumentando que la mirábamos demasiado y empezó a golpearnos, corrimos a nuestra habitación que realmente era solo un cuarto lleno de basura con 3 trapos en el piso que usábamos para no morir de frío por las noches.
Llegó la noche y sentíamos que la vida debía retribuirnos algo, acordamos vengarnos en ese momento por todos los años que habíamos sufrido sus maltratos. A la media noche la luz de la luna atravesaba los huecos de nuestro techo iluminando nuestra habitación e hipnotizadas mirábamos la belleza del momento cuando una sombra se materializó en medio de todo, nos dijo qué debíamos hacer, nos dijo cómo debíamos hacerlo y por qué debíamos hacerlo.
Bajamos las escaleras, nos sentíamos fuertes y decididas, tomamos todo lo que tenía filo en la cocina, nos acercamos a su habitación, tocamos la puerta y escuchamos su horrible voz lanzando insultos como siempre, esperamos a que abra la puerta en silencio y saltamos sobre ella, tomamos sus brazos y piernas mientras una clavaba el cuchillo en su garganta, aprovechamos su estado de shock para cortar todo como podíamos y aún así su mirada seguía desafiándonos, hervimos en ira y le arrancamos los ojos con la boca; luego rascamos los cuchillos en sus huesos hasta que dejamos de escuchar sus gritos, una vez muerta, seguimos cortando hasta llegar a todos sus huesos, removimos todo lo que encontramos hasta dejar un esqueleto lleno de vísceras, no sentimos asco, al contrario pensamos que quizás esa noche dejaríamos de pasar hambre por un largo tiempo, de hecho esa noche nos dimos un gran festín.
¿PERO SABEN QUÉ?
Nos pareció irónico que siempre haya dicho que nos encontrábamos en un lugar especial de su corazón porque realmente no encontramos nada.Fer Lagunes
Cuentos para monstruos