Una niña corría sin parar de un hombre, el hombre le seguía a gritos
La niña pedía ayuda pero no había nadie hasta que en su lado derecho salía una luz muy potente.
¡Niña a tu izquierda!- fue lo último que escucho la niña del policía que le seguía antes de ser arrollada por un tren.Fer Lagunes
Cuentos para monstruos