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Estás encargado de asignar a cada niño en la Tierra al monstruo debajo de su cama.

Una pequeña en particular, ha hecho que cada monstruo asignado a ella, renuncie.

Así que decides asignarte a ti mismo.

***Caso: # 273402***

Estado: Desastroso.

Me fijo en el archivo y me doy cuenta de que no tengo opción, en los últimos 2 años cada monstruo asignado a Charlotte Dower ha renunciado, cada uno de ellos...

Su primer monstruo; Un gigantesco humanoide con cara de pez dorado llamado Bubba, llevaba cuatro años con ella y ya no tenía miedo de él. Después de eso, fue un desfile de diferentes monstruos, comunes y raros... Incluso le asigné un monstruo sensorial.

¡Él regresó llorando!

Miro en mi tableta, solo queda un monstruo asignable; yo. El trabajo de campo nunca ha sido mi fuerte, pero los tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Así que a las 8:03 pm, después de que la señora Gideon acostara a Charlotte y a su hermanito Daniel; Me meto en el espacio debajo de la cama de Charlotte.

Al otro lado de la habitación debajo de la cuna de Daniel hay un novato, chico, un tipo de monstruo estándar.

Vuelvo mi atención a la cama sobre mí, Charlotte está somnolienta, así que me estiro sobre la cama y paso un dedo helado sobre su mejilla, no hay respuesta, así que lo hago de nuevo.

"No le tengo miedo a usted monstruo" susurra, pero su voz está temblando.

Puedo ver un pequeño reloj en la pared, 8:14pm, una puerta en algún lugar de la casa se cierra de golpe y escucho como ella contiene su respiración. Pasan unos minutos y puedo oír a Francis Gideon gritarle a su esposa. Hay fuertes pasos en las escaleras y con una respiracion jadeante, Charlotte sale de la cama y...

Ella se arrastra debajo de la cama, conmigo.

-"hazme espacio"- Me susurra a mi oído.

La puerta del dormitorio se abre y siento el hedor etílico antes de que incluso entre al cuarto.

Ahora sé porqué Charlotte no tiene miedo de ninguno de mis monstruos; ella tiene miedo de su propio monstruo...

Francis mete una mano debajo de la cama buscándola y al sacarla lo que sale... soy yo.

"Pero que dem-..." Corté las siguientes palabras de Francis desplegándome a mi altura de 3 metros y medio, levanto con una mano al borracho del cuello mientras que con la otra acaricio con mis fríos dedos su mejilla.

"Si alguna vez tocas, asustas o dañas a mi niña otra vez, te encontraré, y te haré lo mismo por toda la eternidad, lo prometo".

Mientras Francis, con los pantalones mojados, huye de la habitación, saco a Charlotte de abajo de la cama, la arropo con sus mantas y le doy un beso en la frente.

-Volveré mañana por la noche, duerme bien, querida.

Charlotte Dower es mi niña, yo soy el monstruo debajo de su cama.








                                              Fer Lagunes
                        Cuentos para monstruos

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