Quimios y Sono

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Pasaron cuatro meses, Jing había dejado de fumar, y había ido a sus secciones de quimioterapia. Y siempre era una pelea para ir al hospital, no era una pelea agresiva... Era incluso más doloroso que eso.

-Vamos Jin... Tenemos que ir al hospital- Halaste del brazo del hombre que se ocultaba debajo de las sábanas.

-No quiero...- Su voz era más rasposa que antes.
-No quiero- Intentaba ocultarse más, cómo un niño pequeño asustado.

-Dale papi, tenemos que ir si quieres mejorar...- Una vez lo lograste acercar a ti lo cargaste ligeramente poniendo su torso sobre el tuyo.

-...No... Duele...- Jadeó, la quimioterapia lo tenía literalmente jodido. Su cabello estaba casi caído, pronto lo raparian.

-Sabes que hacemos esto para que podamos solicitar la cirugía.- Siempre las lágrimas deseaban resbalar, Jin había bajado de peso rápidamente, el sexo se hizo ligeramente escaso. Para intentar bajar rápidamente las células cancerígenas tenían que ir casi a diario a tomar las pruebas. Jing se desistía a pedir quedarse en el hospital, el dinero que ganaba en su trabajo como ciudadano común y el que daba la policía no sería suficiente para él seguro de Japón y la estadía en el hospital. Además tú tenías que seguir yendo al colegio.

Lograste convencerlo al el sentír la pequeña barriga que empezaba a hincharse, dió un suspiro, y puso las piernas en el suelo para levantarse.

-No sabes cuánto te amo- Susurra suavemente para agarrar tu rostro entre sus flacas, a pocos pasos de ser esqueléticas, manos y darte un beso suave. Correspondiste y no pudiste resistir a llorar, lo abrazaste pasando tus brazos debajo de los suyos y recostando el rostro en su pecho. Empezabas a tener algo de sensibilidad emocional, el dió caricias a tu cabello con suavidad y dió más besos a tu frente.

-Yo te amo mucho más- Susurraste subiendo la mirada al hombre.

-Tomemos un baño, si?- Asentiste y fueron al baño. Miraste al hombre de aspecto ahora flamélico y libido. Sus piernas ahora flacas en lugar de musculosas apenas lo sostenían. Se desnudó frente a tí, aunque extrañabas la espalda ancha y musculosa de antes, no te molestaba la espalda flaca de ahora. Te acercaste después de quitar tu camiseta y diste suaves besos a su nuca a lo que dió una risa suave y un escalofrío al hombre. 

Se metieron a la ducha, y como siempre, después de ambos estar limpios se daban un rato para los dos. A pesar de que el sexo había disminuido, ese amor aumentó consideradamente. Y ahora que era público, tenían mucha más libertad de demostrar su amor. Tus amigos tuvieron desconfianza de tí los primeros meses, pero luego volvieron a acercarse y conocieron a Jin de mejor manera. El se tuvo que disculpar por todo, y ellos por algunas cosas. Pero se llevaban aún mejor por la criatura que decidías llevar, Jin preguntó muchas veces si estabas segura, pero por alguna razón te sentías muy segura de tenerlo a pesar de tener poca edad.

-Te amo... Lo siento- Dijo abrazándote y pasando sus manos por tu ligeramente hinchado vientre.

-No te preocupes- Volteaste y acariciaste su rostro para pasar los cabellos rubios de la frente del ojos azulados tras sus orejas, las cuales resaltaban más por el rostro ahora aún más "chupado" del hombre. Miraste tus dedos, algunos cabellos se habían desprendido con esa caricia.
-Ya es tiempo no crees?- Susurraste, el bajó la mirada y asintió.




*Bzzzzz*

   Jin estaba sentado sobre la tapa del inodoro, aún desnudo para poder volver al baño y quitarse el cabello. Tu ya estabas vestida, parada, y pasando la máquina de recortar por la cabeza del rubio. Quién, aunque no lo podías ver, sabías que estaba ahogando las ganas de llorar. El silencio era ruidoso en el baño de la cabaña de su madre, la cuál alfin pudieron pagar y saldar para poder vivir en ella. Recién se habían mudado hacía dos semanas, él mayor deseo del hombre era morir en la casa en la que se crió. Y ahora que estaban en ese ligero riesgo, no lo dejaron a últimas.

Amor enmascarado 💖 (Twice X Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora