Ha pasado un tiempo desde que dormí en paz y también dejé que Cinco durmiera bien. Un dia despues del suero, me levanté con un ligero zumbido en los oidos y desde entonces crece y crece, se siente como si tuviera un insecto en la oreja y este zumbara todo el tiempo, incluso habia veces en las que aquellos zumbidos parecian formar palabras, pero para este punto quizá ya me esté volviendo loca y solo sean producto de mi imaginación.
Ya que eso no es lo único que me ha estado molestando. Estuve teniendo pesadillas recurrentes y todas son iguales... el mismo lugar, las mismas cosas y lo mismo que me atormenta. Pensé que todo había terminado y apenas recuerdo algo de la otra dimensión, pero esto es tan vívido como si lo estuviera viviendo una y otra vez en el mismo bucle de tiempo. Es el momento en que me manipularon y yo... pensé que lo había....que yo había...
- ¡CERO HARGREEVES! - Escucho un fuerte grito al otro lado de la puerta y junto a aquello golpes seguidos y fuertes -Abre de una maldita vez o te tiro la puerta.
Apenas empiezo a recuperar la noción de donde estoy. Reconozco la voz al otro lado de la puerta y puedo distinguir que es de nadie más que mi hermano. Doy media vuelta en la cama hasta quedar boca arriba y deje caer mi brazo derecho encima de mi rostro, mientras que con el izquierdo comienzo a palpar el resto de la cama en busca de mi compañero de habitación, pero ¡Oh sorpresa! No está.
-¡CERO!-Diego vuelve a insistir y golpear la puerta.
-¡Aghhh, ya cállate!- el seguro de la puerta hace un "click", la manija se mueve y la puerta se abre de par en par, azotandose contra la pared, en eso escucho como Diego cae al interior de mi habitación - molestas demasiado.
Lentamente me incorporo en mi cama y me estiro lo más que mis extremidades me permiten hasta escuchar un fuerte "crack" en mi espalda y hombros. Abro los ojos y lo primero que encuentro es a Diego frente a mi con el rostro pálido, pareciese que vio a un fantasma, sus manos tiemblan y su frente y nariz reflejan la luz que entra entre la transparente cortina de la habitación.
-¿Qué te sucede? ¿Estás bien, Diego?
- Tenemos, bueno yo tengo un, ni siquiera se como nombrarlo, diría prob...-hace una pausa y me mira de pies a cabeza una vez que estoy levantada.
-¿Qué?
- ¿Esa es la camisa de Cinco?
Miro lo que es mi pijama que en efecto es la camisa de Cinco, me queda mitad de los muslos, ya está algo arugada por el uso, pero no me quejo. Además, no es como que estuviéramos preparados con maletas para quedarnos aquí.
- Sí, sí es. ¿Venias solo a ver que usaba de pijama o tienes algo que decir?
Empiezo a buscar algo que ponerme entre la ropa nueva que Allison me trajo. Solo escucho a mi hermano ir tras de mi, mientras voy de un lado a otro.
-Estoy desesperado, no se lo he dicho a nadie, y no sabía a quien más acudir....así que vengo a ti.
Doy media vuelta con la ropa que pienso usar. Parece que no le doy importancia a lo de Diego, ¿pero qué pudo hacer ahora? Realmente ya nada podría sorprenderme, ya habíamos pasado por todo. Ya no había nada que me quitara el aliento.
- A ver,¿qué es eso que te tiene tan preocupado?
En eso el silva y de la puerta aparece un niño de no más de unos diez u once años. Entra a la habitación a paso relajado y se para junto a él, le sonríe y Diego lo único que hace es mover los ojos entre el niño y yo.
- Stanley, ella es Cero, mi hermana biológica. -El niño levanta la cabeza a modo de saludo y yo se lo devuelvo agitando mi mano. - O sea, ella es tu...
- Tía, ya sé.- el niño le responde con tono cínico y cortante. Me examina un rato y luego voltea a ver a Diego y también lo examina a él - ¿Seguro que son hermanos biológicos? No se parecen en nada.
- Lo somos.- respondo yo, aferrando mi ropa a mi persona, humecto mis labios con mi lengua y entonces digo - Escucha, Stanley ¿cierto? - El niño asiente y me vuelve a prestar atención - ¿Por qué no bajas al buffet? Antes de que se acabe el desayuno. Yo tengo que hablar con... - hago una pausa, y siento como es que esa palabra sale expulsada de mi interior desde lo más recóndito de mi estómago - tengo que hablar con tu padre.
El niño mira a Diego en busca de aprobación y él solo le hace una seña con la cabeza. Cuando Stanley se va y quedamos solos en la habitación, muevo una mano en el aire y la puerta se cierra de golpe y junto a eso, el seguro se vuelve a colocar.
Un silencio invade el lugar, un silencio en el que revolotean como partículas de polvo en el aire los ruidos de la calle, coches, personas, el bullicio habitual de esta ciudad. Yo no digo nada y solo me cruzo de brazos, inclinándome hacia atrás hasta sentir la cama contra mi cadera. No comprendo exactamente que está sucediendo y sinceramente no quiero hacerlo, pero me guste o me disguste, tengo que hacer algo por mi hermano.
- ¿No vas a decir nada?
Es el primero en hablar, apenas se nota, pero puedo escuchar un ligero temblor en su voz.
- ¿Cómo qué? - le sostengo la mirada - Es obvio quien es su madre, la rata escurridiza de Lila.
Diego bufa y baja la mirada. - No la llames así - murmura bajo su aliento, pero aún con aquel zumbido en mis oídos puedo escuchar perfectamente lo que dijo.
- Yo solo digo verdades, hermano. Como también debiste ser más responsable, pensar con la cabeza, y hablo de la cabeza donde se supone que está tu cerebro. - el zumbido en mi cabeza se hace más fuerte, escucho algo diferente, como si hubiese un viento tan fuerte que silva en mis oídos.
Diego suspira y camina hacia mi lado, se deja caer en mi cama y recarga su hombro contra el mío.
- No se que hacer.
- Ella se fue, ¿verdad? Y te dejó con el niño.
No dice nada, pero tomo ese silencio como su respuesta. Aunque lo intente, mi odio hacia Lila crece y crece a cada segundo.
- No se como cuidar de un niño y no es como que tuvimos al padre ejemplar. - menciona Diego - ¿Sabes? Yo juré que si algún día tenia un hijo, sería mejor el mejor padre que pudiera ser.
El me mira directamente a los ojos y en ellos veo genuinamente la verdad. Me levanto de la cama, quedando frente a Diego.
- No se más que tu acerca de niños, por lo que no hay mucho que pueda hacer, pero te apoyo en lo que pueda.- me acerco un poco más y lo abrazo. - Y si sirve de algo, yo creo que en realidad te puedes convertir en un buen padre.
"Aún te puedes convertir en un gran padre"
Recuerdo bien esas palabras que me dijiste, y al principio no te creí. Creo que me dejaste más dudas que respuestas, pero quise confiar en tus palabras. Tu siempre que decías la verdad tenias esa peculiar manera de mostrar tu sinceridad, no se cómo y aún no puedo descifrarlo. Pero en verdad era una manera en la que por un momento te volvías tan transparente cómo el cristal. Estoy seguro de que en estos momentos si me vieras te echarias a reír y con tu mismo molesto tono cuando sabias exactamente que tenias razón me dirías
"Te lo dije".
Disfruten el nuevo capítulo :)
Y tengan un lindo día o noche!
-Myst
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El diario de Cero.H Vol.3 (PAUSADA)
FanfictionA veces la vida dan un giro de 180 grados y nunca creemos estar preparados para ese tipo de cosas. Aún así logramos acostumbrarnos a esos cambios y superarlos. ¿Pero que pasa si en vez de 180 son 360 grados? Volver al mismo punto de antes, pero al m...