Capítulo II. Un Nuevo Amigo

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Las primeras semanas escolares habían pasado. Taehyung y Jimin se habían hecho buenos amigos, era tan natural llevarse bien a pesar de que a la vista era fácil de saber que eran bastante diferentes.

Resultó que el amigo que Jimin le había mencionado a Taehyung era Hoseok, ambos se conocieron en la secundaria. El menor había sido acosado por su físico en esa horrible etapa de su vida.

No era un secreto que la secundaria no era la favorita de muchos, y para Jimin significó un gran cambio de entorno, sumando el acné que presentó y su peso que a pesar de ser el adecuado para su edad fue motivo de burla y agregando su altura que también le fue inconveniente sin mencionar su aspecto físico sobresaliente por aquellos rasgos asiáticos propios de su ascendencia. Esa etapa que le hizo odiar todo en él.

Pero también la etapa que le cambió un poco su perspectiva.

Su primer año fue tortuoso, en especial cuando un profesor se enteró que su nacionalidad era tanto coreana por ascendencia como estadounidense por haber nacido en el país vecino. Le solía molestar con el idioma pues según solo por haber nacido ahí sin siquiera haber pasado un año de su vida en tal lugar debía conocer el inglés a la perfección sin contar las bromas pesadas que tuvo que soportar.

10 de octubre de 2010.

Lo siento Alex, no me gustas eres muy chistoso pero no eres mi tipo— pudieron ser las palabras que lo llevaron a un aula vacía a llorar.

Ser rechazado era difícil pero haber escuchado a una de las amigas de la chica decir entre susurros que no lo aceptó por "gordito" fue lo que le daño. No era la primera vez que escuchaba ese tipo de comentarios a su persona.

No quería saber más, se sentía un tonto por dejar que los demás hablaran así de él, y por haberse sentido herido ante el comentario, entendía que sus criterios aún no eran tan certeros por su corta edad y su madurez mental no tan buena pero eso no quitaba el daño hecho a sus emociones.

Con el rostro pegado a una banca tratando de callar sus sollozos y borrar sus lágrimas con la manga de su sudadera se quedó ahí oculto por un largo tiempo hasta que alguien más irrumpió en el salón.

Era un chico sumamente delgado que tenía una risa muy peculiar, llevaba un reproductor mp3 en su mano izquierda y sus audífonos enredados ensordecian al alto que entró sin notar al menor que ante la estruendosa risa alzó su mirada limpiando los rastros de lágrimas y trató de ocultarse.

Alex lo reconoció de inmediato, era aquel chico estrafalario con el que solía cruzarse cuando iba al parque.

Su cabello lacio que cubría parte de su rostro, el pants escolar parecía ser dos tallas extra para su complexión, un par de tenis blancos llenos de dibujos hechos con marcadores y su gran sonrisa decorada con ligas de colores por su ortodoncia. Al igual que él, su físico no encajaba del todo con la mayoría de la sociedad sin embargo suponía su vida era mejor.

Solía verlo bailar en pequeñas batallas de break dance y era extraordinario, tenía bastantes amigos, una familia unida, era delgado, con mayor altura y su nariz alta a diferencia de la suya le daba un aire seductor ante varias chicas.

Lo envidiaba de cierta forma, ambos tenían ascendencia coreana pero Jung parecía vivir mejor y justo en ese momento no tenía ganas de sentirse más derrotado. Que idea equivocada.

Cuando el mayor finalmente quito la vista de su celular vio al bajito que fingía dormir, su actuación era pésima pero Jung lo vio con ternura, ya antes lo había visto tantas veces, cuando estaba en el parque y se sentaba en el banco de siempre solo para darle un poco de comida a Lamber, el perro que siempre estaba ahí. Además de que en ocasiones se limitaba a ver las batallas de baile forzandose por no seguir los pasos.

Solo universitarios (cancelada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora