Tentempié

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«Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que, en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal.» —Santo Tomás de Aquino.

Wakasa quería irse luego, jugaba con el celular en su mano a mirar los videos cortos de alguna red social, pero él los hacía más cortos, no dejaba de deslizar el dedo hacia arriba repetidamente, tal como hacía con los canales de la TV. Miraba de vez en cuando hacia los lados para ver si venía la persona a la que esperaba. Cuando vio llegar a Bokoi a la plaza en donde se encontrarían, guardó el móvil en su bolsillo, se sacó el dulce de palito de la boca y saludó de mano a la joven. Ella masticaba algo y se apresuró a decirle, con la boca llena, que caminaran hacia otra parte. Se metieron a un café muy modesto que estaba en una pequeña calle.

—¿Tienes la información?

—Tranquila... ¿o Tranquilo?

—¿La tienes o no? —En ese segundo se acercó una mesera para consultar si pedirían algo. Bokoi pidió una hamburguesa gigante, con papas fritas y una bebida cola. Imaushi solo pidió un café de vainilla. Una vez que la mesera se retiró, Bokoi miró con ansias al hombre, el cual metió su mano a su chaqueta y sacó de ésta un sobre no muy grande.

—Aquí está lo que quieres. —Bokoi tomó el sobre de prisa y lo abrió, sus ojos brillaron y sonrió efusivamente. Wakasa la observó unos segundos pensando en que todos estaban locos. Aquello no impidió que Bokoi sacara de su bolso otro sobre y se lo entregara a su cómplice. Él lo abrió solo un poco, miró el contenido y se lo guardó en el mismo bolsillo de donde había sacado el primero.

—¿Ran sabe que estás acá?

—Por supuesto que sí.

—Ah... entonces esto es plan de él.

—Creo que eso no te importa, Imaushi.

—Me importa... porque soy amigo de Shiba.

—Sé que eres amigo de Taiju, pero será mejor que no le comentes nada de esto si no quieres caer con todo lo que te rodea.

—¿Qué es todo lo que me rodea?

—Bonten.

—Les encanta chantajear a la gente a ustedes, ¿eh?

—Les encanta chantajear a la gente a ustedes, ¿eh?

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—Piénsalo como... saldar cuentas. Si no te metes y cierras el pico no te pasará nada.

—Mm... —Momentos después llegó la mesera con toda la comida. Bokoi comía rápido como si fuera la última cena, e Imaushi seguía observándola, bebiendo su café con cara de no querer moverse.

Las semanas pasaron tranquilas para la mayoría, los negocios de Bonten se habían estabilizado, así como comenzaba a resultar positiva la sociedad Haitani-Shiba. Generalmente se reunían en el restaurante o en la oficina de Taiju, debido a que era un lugar más tranquilo para conversar. Ran había enviado a Bokoi a averiguar sobre todas las cuentas de su nuevo socio, para asegurarse de que harían negocios limpios y para corroborar que Shiba apartaba sus negocios en su totalidad de su relación con la pandilla a la que pertenecía.

Taiju Shiba - Un santo entre siete pecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora