Capítulo 11 | Schadenfreude

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Schadenfreude: sentimiento de alegría o satisfacción generado por el sufrimiento, infelicidad o humillación de otro.


Kale.

Nuevamente estoy en el hospital haciéndole compañía a Caulifla.

La verdad estoy por ir a su apartamento y trasladarle sus cosas y sus perros para que se quede a vivir aquí, que vaina con ella de terminar siempre en el hospital.

Caulifla llora en la camilla como una niña pequeña abrazando sus piernas, hace díez minutos le dieron la noticia de que abortó a sus bastardos.

Mi yo interior está festejando con bombos y platillos que el brebaje abortivo que le dí a beber, haciéndolo pasar por manzanilla la hiciera deshacerse de esas criaturas.

Su matriz está literalmente débil y le asuman a las emociones fuertes, las alteraciones y situaciones de estrés que ha venido atravesando lo que la hizo abortar.

El médico le sugiere que cuando se reponga se someta a tratamientos que la ayudarán a fortalecer su matriz y así poder volver a embarazarse, pero ella le deja claro que no se va a someter a nada y que prefiere quedarse así; siendo una mula estéril incapaz de procrear.

Caulifla pide que la dejemos sola y llamo a su hermano dándole la noticia para que se encargue de ella.

La verdad ya estoy cansada de estar lidiando con ella, mi rutina de estos últimos días ha sido llevarla y sacarla del hospital, hacerle compañía en su apartamento y cuidándola como si fuese hija mía.

Me encamino a la puerta y retrocedo cuando la madre de Shallot entra a la habitación con cara de pocos amigos.

—¡¿Que otra sorpresa nos tienes?! —reclama la señora— ¿No tenías planeado decirnos que estabas embarazada de mi hijo?

—¡Señora, mejor larguese de aquí y deje a Caulifla en paz! —le ordeno.

—¡Tú no te metas, perra entrometida!

—¡Perra su madre! —espeto molesta— No le estoy faltando el respeto...

La madre de Shallot me hace a un lado y se ubica al lado de la camilla dónde yace Caulifla llorando.

—¡A parte de traerle desgracias a mi hijo eres una buena para nada! —le recrimina la señora a la peli alborotada, quién no hace más que taparse los oídos mientras llora— ¡Ni siquiera fuiste capaz de conservar el legado de Shallot! ¡Eres una inútil!

—¡Cállese que me tiene harta! —Caulifla sale de la camilla y es veloz a la hora de echarle mano al bisturí con el que logra abrirle la piel del brazo de la señora cuando se va contra ella— ¡Me tienen harta! ¡Mueranse todos y váyanse a la mierda!

𝖡𝖾𝗅𝗅𝖾𝗓𝖺 𝖲𝖺́𝖽𝗂𝖼𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora