13. El juego y letras azules

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Buenas noches de gays en crema de avellanas.

Prepárense para leer a un chico tierno confundido y a un egocéntrico marcando territorio.

Si ocupan inhalador, ténganlo a la mano. Y si no, agarren aire y siéntense en algo blandito.

¿Recuerdan la pregunta de su número favorito? Ahora quiero saber su palabra favorita en otro idioma👀👉🏻.

Dejo de marearlos y les dejo a solas con el cachorrito...

Dejo de marearlos y les dejo a solas con el cachorrito

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꒷🌹꒷

Capítulo 13

"El juego y letras azules"

IZAN

A veces era mejor ignorar la verdad. A pesar de que deseaba saber todo lo relacionado con la dichosa orden a la que pertenecía Samael; esos chicos habían arruinado la piscina una noche antes de su inauguración.

Él fue testigo y no diría nada. Hablar de lo que pasó solo le traería problemas.

Suficiente atención atrajo, se prometió que cuidaría la reputación de los Zebell. Matthew y Sanem confiaban en él, lo hicieron desde que lo sacaron del orfanato.

Parte de comportarse a la altura era evitar los problemas si es que podía.

E ir en contra de Samael era meterse en problemas.

Como era la intención de Samael y sus seguidores, cuando después de mediodía el director citó a todos en la nueva piscina para la inauguración, se llevaron una sorpresa.

El olor era nauseabundo, el color del agua se había tornado de un tono vino oscuro, casi negro. Los estudiantes comenzaron a abandonar el lugar, él encontró la cabeza castaña de Samael en un lugar cerca de la puerta, éste no sonreía, pero tampoco lucía sorprendido. Gideon estaba junto a él, y Blaise a unos cuantos metros también.

Fingían demasiado bien. A los ojos de todos, la relación entre los tres amigos permanecía intacta.

Quien lo tomó a él del brazo para salir del lugar, fue Wanda, la peliblanca lo acompañaba a todos lados en esos días, incluso por la mañana la vio hablando con Samael.

Wanda era lo más parecido a una amiga que tenía en ese lugar. Lo mismo que Micah, quien, si le guardaba algún rencor por su cercanía con Samael, no lo demostró.

—Seguro es obra suya —dijo la chica una vez estuvieron afuera. El director pidió a todos que se retiraran a sus habitaciones, iniciarían las averiguaciones para dar con el culpable.

No respondió a Wanda. Si no iba a hablar sobre lo sucedido la noche anterior, tampoco tenía por qué opinar comentarios al azar.

—Hasta parece que lo disfruta —continuó Wanda.

Sangre puraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora