⌗𝗙𝗜𝗚𝗛𝗧 𝗕𝗔𝗖𝗞
━ 𝘦𝘭𝘪 𝘮𝘰𝘴𝘬𝘰𝘸𝘪𝘵𝘻 / 𝘩𝘢𝘸𝘬.
Luego de haber pasado su vida
dedicándose al ballet, Cassidy
Hawksley decide bruscamente
cambiar de disciplina y entrar a
karate cuando un dojo a cargo...
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¿ cómo sobrevivir a los primeros días de un dojo con estudiantes ?
Era normal para Cassidy y Miguel caminar juntos hacia el dojo para llegar al entrenamiento y reunirse con Aisha, lo que era fuera de lo común, era encontrarse con salida del dojo repleta de chicos y chicas de todas las edades, hablando con emoción y observando videos en su celulares. Ambos amigos se miraron extrañados, pero notaron mientras se acercaban que muchos de ellos veían el video de Miguel peleando contra los bravucones de la escuela; el dojo había saltado a la sala.
—Te lo dije —Cassidy golpeó el hombro de Miguel con suavidad—. Hiciste que el dojo se volviera famoso.
—Si hubieras ayudado, tal vez más chicas estarían presentes.
—¡Oh, vamos! —espetó la rubia—. No quería opacarte.
Los tres chicos fueron directamente a los vestidores para colocarse sus gimientras el sensei les permitía a todos entrar para luego prepararse para la clase.
La habitación principal era un caos. Cuando los amigos salieron para calentar y practicar antes de iniciar con el entrenamiento tuvieron que soportar las miradas de todos, era algo molesto, incluso se les dificultó encontrar un espacio, y tuvieron que quedarse en una esquina de la colchoneta.
—Al menos podrían quitarse los zapatos —murmuró Cassidy, poniéndose frente a Aisha—. Vamos, quiero practicar mis golpes.
Cassidy relajó su cuerpo y liberó la tensión de sus manos y brazos, se aseguró de respirar un par de veces antes de comenzar a golpear hacia las palmas de Aisha de forma consecutiva y con firmeza.
—Eso está muy bien, Cassy. —la elogió Miguel.
—De acuerdo, es tu turno —dijo la chica, dejando el espacio libre—. Iré a hacer algo.
A lo lejos había visto a Eli y Demetri entrar al dojo y quería ir a saludarlos.
—Chicos, me alegro de verlos aquí —saludó ella al llegar a su lado, aunque veía únicamente a Eli—. No se arrepentirán, se los aseguro.
—No sé cómo dejé que me convencieron de esto —exclamó Demetri—. Va en contra de todo lo que defiendo, es como una clase extra de gimnasia sin razón.
—Démosle una oportunidad —le pidió Eli—. Viste la pelea. Miguel les dio una paliza.
—Es cierto —apoyó Cassidy—. ¿No quieres hacer lo mismo, Demetri? Acabar con tus bravucones.
—No lo sé...
—Bien —Johnny salió de su oficina—. Hoy comenzaremos...
—Tengo que irme.
—¡Silencio! —gritó el sensei, logrando que todos pudieran prestarle atención.
Cassidy se acercó al borde la colchoneta, quedando de pie a un lado de Miguel, en posición y con sus manos detrás de su espalda como siempre lo hacían. Mientras tanto, Johnny paseaba alrededor de los nuevos estudiantes.
