Just the two of us.

4.

Dejo las bolsas de supermercado sobre la encimera en mi cocina y las vacío, colocando sus cosas en sus respectivos lugares. Termino de ordenar y estoy preparado para pasar mi fin de semana libre mirando películas y comiendo comida chatarra que posiblemente me generará un gran dolor de estómago.

Me visto con una remera holgada y unos shorts cortos que cubren hasta encima de mis muslos. Me quito el poco maquillaje que utilicé para cubrir mis ojeras (siempre me pongo un poco) y ya estoy preparado para relajarme.

Desafortunadamente, el timbre suena y me quejo, queriendo golpear mi cabeza contra la pared.

Me levanto y abro la puerta, encontrándome con Jungkook que sonríe en grande. Es la primera vez que lo veo sin ropa elegante y se me hace muy sexy. Usa una remera sin mangas que deja al descubierto sus tatuajes y brazos de buen tamaño, junto con unos pantalones holgados.

Me mira de arriba a abajo y me siento nervioso debido aquello. Me cruzo de brazos y espero a que me de una explicación pero, en cambio, chasquea la lengua y asiente con la cabeza.

—Esos pantalones cortos te quedan de maravilla —dice y pongo los ojos en blanco.

—¿Por qué estás en mi casa? —pregunto sin molestarme en ser sutil. Quería mi fin de semana tranquilo pero, al parecer, él no quiere permitir eso.

—Vine a visitarte de sorpresa, te traje galletas recién sacadas del horno —menciona y eso es suficiente para convencerme. Me muevo a un lado y entra, dirigiéndose a la cocina y dejando la bolsa con comida sobre la mesa.

—No me gustan las visitas sorpresa. Me veo muy mal, si avisabas tal vez te dejaba venir.

—Es imposible que te veas mal —dice y sus ojos vuelven a posarse sobre mis piernas.

—Mh —pruebo una galleta y suspiro del placer debido a lo deliciosa que es— ¿Dónde las compraste?

—Las hice yo —admite y abro mis ojos con sorpresa.

—Me estás jodiendo, son deliciosas.

—Me alegro —se acerca y me saca la galleta de la mano.

Estoy a punto de quejarme porque tengo hambre, pero toma mi cintura y me acerca. Nuestros rostros quedan a pocos centímetros de distancia y hacemos contacto visual. Sus ojos son muy bonitos y parecen contener una galaxia entera dentro de ellos debido a la manera en la que brillan.

Toma mi rostro entre sus manos y me gusta mucho que haga eso. Me acerca un poco más y me besa con lentitud. Sus labios se mueven sobre los míos con agilidad y su lengua delinea mi boca, obligándome a abrirla un poco más. 

Acaricio sus hombros y presiono ligeramente mientras pasea sus dedos por mi espalda. Anhelo sentirlos contra mi piel de forma inhumana.

—Mh, Jungkook —me separo un poco y deja besos húmedos en mi mandíbula y cuello. Echo mi cabeza hacia atrás, dándole espacio para que lo siga haciendo y cierro mis ojos—. He pensado en lo que dijiste.

—¿Ajá?

—Sí... —sonrío mientras succiona la piel en mis clavículas— No quiero nada serio.

—Lo sé, yo tampoco.

—Será esta vez y ya ¿Está bien? —pregunto y se detiene para mirarme.