«La muerte no es lo que creemos normalmente. La muerte es deshacerse del cuerpo físico mientras el alma inmortal avanza y pasa al otro lado. En ese sentido no hay muerte, solo vida y amor».
Brian Weiss.
Mezclarme en estos temas que competen a los mayores hace que me encuentre más fuera de lugar de lo habitual. Y, todavía más, al sentarme al lado de mamá en la biblioteca mientras repasamos los acontecimientos previos al deceso de Nathan Rockwell, su primer marido. Me repito con ironía que ese hombre fue el anterior duque de Pembroke, un título que en el presente detenta mi padre. Entonces, ¿qué diantres sucederá si, por un milagro, regresa de entre los muertos?
Aunque me cause pavor esta misión, la agradezco porque evita que rememore el beso que me dio Marion y que tanto me gustó. Sé que soy cobarde, pues me pego igual que una lapa a Macarena para no quedarme a solas con mi otra amiga. Así la conversación sobre lo que sucedió se dilata en el tiempo. Porque me cuesta reconocer que soy tan distraída que no me he enterado de que era lesbiana. ¡Siempre he pensado que me gustaban los chicos!
Por suerte mi madre me centra al explicarme:
—En Hedeby, cariño, Cleopatra se quedó cuidando a tus hermanos en una especie de hospedaje. Tanto Nathan como tu padre, Brooke y yo esperábamos cerca de la costa a los enemigos que venían desde Birka y a los que comandaba una importante guerrera. No sabíamos si podríamos regresar a nuestra época y por este motivo nos posicionamos del lado de los vikingos del jarl Harald, quienes tuvieron la amabilidad de darnos cobijo. —La vida de mi progenitora es demasiado salvaje y noto que disfruta al generar tanta adrenalina—. Ya te he hablado muchas veces de Brooke Payton. Ahora es un ángel porque se tiró al Fuego del Infierno para evitar que Satanás se quedase con su alma y que la transformara en una diablesa como a su amiga Mary Walsh, que se convirtió en la Emperatriz del Infierno...
Mamá efectúa una pausa, me acaricia la cabeza con cariño y luego continúa:
—Al principio me costó llegar hasta la guerrera de Birka, la custodiaban los hombres más fieros. Cuando, finalmente, arribé al lado de ella intenté hacerla razonar, pero se lanzó contra mí y firmó su destino. —Vaya forma diplomática de decir que la mató—. Mientras luchábamos con las espadas vi una nube de humo gris. La generó Eyra, que pasaba por ser la hechicera del poblado, pero que en realidad era una diablesa de nombre Laura. Había escapado de la influencia del Diablo y quería quedar bien con él al matar a Nathan y entregárselo como ofrenda... A mi esposo lo habían herido y la demonio lo ayudaba a caminar. No me fiaba ni un pelo de esa mujer y por eso me apuré para llegar hasta la niebla, que era un translador en realidad. Me transporté segundos después de que ellos se esfumaron y aparecí delante del fresno de los sacrificios que había en la aldea. Escuché que la diablesa se lamentaba en inglés de haberse visto obligada a asesinar a mi marido... Y el hedor penetrante de la sangre casi me sofocó.
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Los hijos del viento.
Teen FictionES UN SPIN-OFF DE LA SAGA LA MÉDIUM DEL PERIÓDICO, CUYA NOVELA 1, THE VOICE OF LONDON, ES ÉXITO DE WATTPAD WEBTOON STUDIOS. ✪Satanás ha intentado vencer una y otra vez a lady Danielle, la protegida de Dios, y ha pretendido matar a sus trillizas y se...