―¡Lo volví a hacer! ―. Mencionó Naia con emoción ―. ¡¿Lo viste?! Tu novia es el futuro del país.
Tanto Seokjin como Namjoon empezaron a reír por el comentario de la única chica presente en la mesa. A diferencia de Yoongi y Hoseok, quienes claramente sabían que después de que ella pasara el examen dejaría nuevamente de lado sus estudios y Yoongi tendría que volver a sacarla de un apuro justo como esta vez.
―¿Qué se siente saber que tu alumna ha avanzado? ―. Preguntó Namjoon.
―¿Siendo honesto? Me siento ridículo ―. Respondió Yoongi, ganándose una mirada furtiva por parte de la chica ―. ¿Qué? Es la verdad. Casi dos semanas practicando el mismo ejercicio.
―¡Respeta mi procesamiento lento, Min Yoongi! ―. La chica le propinó un golpe a Yoongi en la cabeza ―. Mejor prepárate para mi siguiente lección.
Si le preguntaban a Yoongi sobre cual era su momento favorito en el día, él respondería que su momento favorito son las horas que pasa al lado de Naia en la biblioteca. La mayor parte de ese tiempo que pasaban juntos lo invertían en charlas iniciadas por ella y en regaños dados por Yoongi para que dejara de hablar y se concentrara en estudiar. No le molestaba la idea de seguir enseñándole a Naia sobre matemáticas, de hecho, Yoongi sentía que era lo unico con lo que podía conformarse.
Naia lo quería y lo admiraba por ser tan buen deportista y un gran estudiante. Él era como su modelo a seguir; Naia soñaba con llegar a ser igual de grandiosa como lo era Yoongi, pero Yoongi solo deseaba que Naia lo mirara de la misma manera en la que mira a Seokjin. Fantaseaba mucho, eso era seguro, pero ¿Quién podía impedirle fantasear? Nadie. Era libre en su imaginación.
―Oye, Yoongi ¿Puedo pedirte un favor? ―. Preguntó la chica.
―No presto mis pies para que le saques fotografías y las vendas por internet ―. Naia lo observó con extrañez.
―¿Por qué querría hacer eso? ―. Una mueca de desagrado adornó su bonito rostro ―. Tienes serios problemas, Min Yoongi.
El mencionado empezó a reír suavemente, ya que se encontraban en la biblioteca. Si, tal vez Yoongi no tenía un buen sentido del humor y sus chistes eran un poco fuera de lugar, pero al menos conseguía que Naia pensara en él de manera diferente, no como el típico chico amargado e introvertido que solo sabe de matemáticas. Ese era el concepto que todos tenían sobre él y aunque nunca tuvo problemas con eso, siempre creyó que con Naia las cosas debían ser diferentes. Yoongi quería que ella lo viera como un chico divertido, aun cuando no sabía cómo hacerla reír de la manera adecuada.
―Ya ¿Cuál era el favor? ―. Preguntó, sacando su libreta.
―Verás... Con Seokjin cumpliremos trecientos días de ser novios ―. Las mejillas de Naia se ruborizaron.
―¿Y yo qué tengo que ver con eso?
El malestar se instaló en el pecho del chico ¿Cómo decirle a Naia que le incomodaba la idea de que ella le hablara de su relación? Quizás estaba siendo un pésimo amigo, pero ese tipo de conversaciones lo lastimaban, más que todo porque Yoongi sabía que nunca iba a tener el valor suficiente para decirle a Seokjin que se había enamorado de Naia desde el primer momento en que la conoció. Para él era más importante su amistad antes que cualquier otra cosa. Si alguien debía sufrir por amor, Yoongi estaba dispuesto a ser él.
―Me di cuenta que a Seokjin le gusta mucho que yo aprenda matemáticas ―. Respondió ―. ¿Puedes ayudarme a sorprenderlo con algo romántico que incluya las matemáticas? No sé, algún poema de ese estilo.
¿Un poema? Yoongi conocía muchos, pero nunca imaginó que todos aquellos poemas que había guardado para Naia ahora debía dárselos, pero no de la forma en la que él lo hubiese querido. Yoongi suspiró pesado y asintió ¿Cómo podía negarse? él era un buen amigo y si ella quería impresionar a Seokjin, Yoongi estaba dispuesto a ayudarlo. Arrancó una hoja de la parte trasera de su libreta y con un bolígrafo negro empezó a escribir algunos garabatos que Naia no entendió.
―Entrégale esto a Seokjin ―. Yoongi extendió la hoja de papel en dirección a la chica ―. Él es listo, así que no tendrás que explicarle nada.
―¿Puedes explicarme a mi? ―. Pidió ―. Solo veo letras y números, no sé qué tiene esto de romántico.
―Dios, en verdad eres un caso ―. Yoongi negó como si ella no tuviese remedio.
Yoongi explicó que aquella ecuación no era más que un comando especial para que el resultado final se viera confabulado a algo significativo ilustrado a través de letras, números y símbolos. Seokjin lo entendería de inmediato, Yoongi estaba seguro de eso. Pero si era honesto, el pelinegro quería ser la persona que le explicara a Naia por qué al final de la ecuación el resultado significaba «Te amo»
9x - 7i > 3 (3x - 7u)
9x - 7i > 9x - 21u
-7i > -21u
7i < 21u
i <3 u
―¡Es muy ingenioso, Min Yoongi! ―. Los ojos de Naia resplandecían ―. Woah, no sabía que fueras tan romántico, eh.
La chica golpeó suavemente las costillas de Yoongi con su codo. Tomó la hoja de papel y empezó a transcribir lo que Yoongi había hecho para ella. Su letra era mucho más bonita que la de Yoongi y claramente ella lo decoraría mucho mejor. Con bolígrafos de brillantinas escribió el resultado final de aquella ecuación inventada por el pelinegro. Sonrió satisfecha al ver que su regalo estaba listo. Luego se acercaría a la cafetería para comprarle un muffin de chocolate, pues a Seokjin le encantaban.
―¿Ya te vas? ―, Preguntó Yoongi, viendo como la rubia recogía sus cosas y las guardaba en su mochila.
―Si, tengo que entregarle esto a Seokjin de inmediato ―. Respondió ella.
―¿No habías dicho que se lo darías para sus trecientos días juntos?
―¡Olvídate de eso! ―. Respondió ―. Se lo daré en este momento.
Yoongi vio como la chica se ponía sobre sus pies y sacudía su mano en su dirección para despedirse de él. Era extraño, pues era la primera vez que Yoongi sentía que su vida se le escapaba de las manos. No quería que Naia fuera con Seokjin. No quería que Naia se alejara de su lado. Sin pensarlo dos veces, el chico se levantó de su puesto y caminó detrás de la rubia. En un intento apresurado, Yoongi tomó la mano de Naia y la hizo girar en dirección a él; ahora estaban frente con frente.
Sus mejillas se habían colorado, no había manera de ocultarlo.
―¿Pasa algo?
¿Era el momento?
―Naia.... ―. Mordió su labio inferior ―... s-si.. ¡Si lo nuestro no es la química, te aseguro que eres cada uno de los términos que satisfacen mi sistema de ecuaciones lineales!
¿Lo había hecho? Los ojos de Naia se abrieron a más no poder y sus comisuras de elevaron. Se acercó a Yoongi y plantó un fugaz beso en su mejilla, Yoongi comprendió que Naia no había recibido el mensaje como debía y en parte se sentía aliviado.
―¡Ese es un gran poema para Seokjin! ―. La chica brincó en su mismo puesto ―. Eres increíble, Min Yoongi.
Si, tal vez era mejor que ella viera las cosas de ese modo.
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Te prometo ser yo » Min Yoongi; BTS ✿
Fanfiction|𝗡𝗮𝗶𝗮 𝗝𝘂𝗻𝗴 era todo lo que él deseaba. Era lista, atlética y divertida. Ella, era la novia de su mejor amigo |𝗠𝗶𝗻 𝗬𝗼𝗼𝗻𝗴𝗶 pudo confesarse desde la primera vez, pero a su amigo le gustaba ella. •|La mayor declaración de amo...