Seis✿

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Seokjin siempre pensó que Yoongi era una persona con un caparazón fuerte, pero muy adentro de él se escondía un indefenso niño en busca de amor. Seokjin recuerda la primera vez que vio a Yoongi escondido detrás de los arbustos de la escuela. Eran apenas unos niños de seis años en su primer día y la madre de Yoongi luchaba para que el niño saliera de su escondite. Seokjin siempre fue un niño bastante expresivo y recargado de energía, por esa razón nunca le costaba hacer amigos. Observaba a Yoongi desde la entrada de la escuela y se preguntaba si debía ayudarlo a salir. Esa fue la primera vez que Seokjin pensó en que Yoongi necesitaba mucho amor. 

―¡Vamos, Yoongi! ―. Seokjin hizo un puchero a su lado ―. ¿Qué vas a perder con intentarlo? 

―¿Mi dignidad? ―. Respondió el pelinegro. 

―Solo vamos a crearte un perfil y nada más ―. El castaño rodó los ojos ―. Tampoco es como si te fueras a casar ¿Sabes? 

Yoongi suspiró pesado, pues a Seokjin nuevamente se le estaban metiendo esas ideas locas de buscarle pareja ¿Acaso no entendía que él estaba bien así? No, Seokjin no lo entendía. Yoongi no tuvo más remedio que aceptar que su mejor amigo le creara un perfil de citas en una página de dudosa procedencia que había visto en alguna publicación. A su lado se encontraba Namjoon dándole ánimos. 

―Dale, Yoongi, tal vez conozcas a una chica bonita ―. Mencionó Namjoon ―. ¿Te imaginas conocer a una aspirante a Idol? Daebak, te sacarías la lotería. 

―Realmente le tienes mucha esperanza a esta cosa ¿No? ―. Hoseok, quien también se encontraba ahí lo observó con cierta diversión ―. Mejor admite que te conviene que Yoongi consiga novia, así Eun Dan-oh se dará por vencida. 

―¡Hey! ―. Namjoon golpeó el hombro de Hoseok, quien no tardó nada en soltar carcajadas ―. Me haces ver como un mal amigo. 

Los cuatro chicos se encontraban en la casa de Yoongi, pues era fin de semana y habían quedado de pasar la tarde juntos, más Yoongi no imaginaba que sus amigos tuviesen este plan en mente. Seokjin sostenía la computadora de su mejor amigo y anotaba los datos que pedían en la página de citas. En el rango de edad colocó que Yoongi buscaba a chicas entre la edad de diecisiete años y veinticinco. 

―¿Estás loco? ―. Yoongi golpeó la cabeza del castaño ―. ¿Por qué saldría con alguien mucho mayor que yo? 

―Es lo que está de moda estos días ―. Hoseok levantó los hombros con relajo. 

―¿Tú saldrías con alguien que te puede estar doblando la edad? ―. Cuestionó Namjoon, enarcando una de sus cejas.

Pero antes de que Hoseok pudiera darle una respuesta a Namjoon, Seokjin hizo un gesto de sorpresa. Todos se acercaron a la pantalla de la computadora y vieron como el ícono de las notificaciones empezaba a llenarse rápidamente. Habían muchas solicitudes de chicas que querían salir y conocer a Yoongi. Sus amigos no tardaron nada en molestarlo y felicitarlo, pues decían que Yoongi era todo un galán y traía locas a las chicas, pero nunca se daba cuenta de ello. 

Per ¿Cómo iba a notarlo? Sus ojos siempre han estado puestos sobre la única chica que le ha interesado de verdad. 

―Mira esto, ―. Seokjin señaló el perfil de una chica con el cabello de color rosa ―, ésta chica se llama Sakura, tiene nuestra edad y estudia en el instituto privado para chicas. 

―¡Daebak! ―. Expresó Namjoon ―. Debe tener mucho dinero. 

Hoseok golpeó a Namjoon en su frente y le hizo un gesto de desaprobación. 

―Eso es lo de menos, Namjoon ―. Habló ―. ¿Es bonita? 

Namjoon le devolvió el golpe a Hoseok después de escuchar aquella pregunta. El moreno pensaba que la belleza era subjetiva y lo que para algunos podía ser hermoso, para otros podía ser simple. De igual manera, una chica no debía ser evaluada por su físico, una chica ya era un tesoro y quienes debían estar agradecidos eran ellos. 

―¡Eso es subjetivo, Hoseok! 

―Pero es que-

―Cállense los dos ―. Seokjin los miró de mala manera, pues sabía que si los dejaba continuar acabarían iniciando una discusión sin sentido ―. Mejor escuchen esto ―. Carraspeó su garganta ―. Sakura quiere tener una cita con Yoongi, pues dice que nuestro amigo es completamente su tipo ideal. 

Yoongi bufó con ironía, pues estaba convencido de que habían chicos mucho mejores que él. Si Yoongi tuviese que calificarse en una escala del uno al cien, él estaría en la mitad, donde no entra en el mundo de los bonitos, pero tampoco encajaba con los feos. Estaba en un punto medio, donde la belleza era estándar. 

―¿Y qué se supone que tengo que hacer? ―. Preguntó. 

―Le diré que te verás con ella en dos horas ¿De acuerdo? ―. Mencionó Seokjin, dejándole un mensaje directo a la pelirosa ―¡Ha dicho que sí! 

Todos se sorprendieron por la respuesta rápida que la chica le había dado a Yoongi, incluso él mismo se había asombrado por el interés que la chica tenía sobre él. Namjoon, Hoseok y Seokjin acordaron llevar a Yoongi a la cafetería que se ubicaba en el distrito de Gangnam-gu, así mismo también se apresuraron en revisar el armario de Yoongi para buscarle un atuendo adecuado para su cita. Yoongi no sabía qué pensar, pues los únicos intentos de cita que había tenido habían sido con Eun Dan-oh, pero claramente no habían tenido buen resultado. 

***

Yoongi empezaba a sentirse nervioso con lo que llevaba puesto. No era costumbre suya vestir con pantalones ajustados y chaquetas de cuero. Hoseok le había aconsejado que debía dar la apariencia de un chico malo, pues eso era lo que atraía a las chicas de internado, pero, muy a pesar de que Yoongi solo quería ser él mismo, sus amigos pensaron en que un buen atuendo lo llenaría de confianza. Incluso su cabello estaba diferente. Pasó de estar completamente lasiado a tener pequeñas ondas. Soltó un suspiro nervioso y observó la hora en su reloj de mano. 

¿Por qué siempre tenían que hacerlo esperar? Pasó sus sudorosas manos por sus pantalones de cuero y resopló con algo de inquietud; en ese instante, la campanilla de la cafetería anunció que alguien había llegado. Yoongi levantó su mirada, encontrándose con una chica completamente diferente a la que Seokjin le había descrito. Ésta no llevaba el cabello rosado y su contextura era mucho más voluptuosa de lo que imaginó. Y no, no es que Yoongi juzgara a las personas por su físico, era solo que él tenía un tipo ideal. Eso no estaba mal. 

―Bien, seré amable y luego le diré que no estoy interesado ―. Mencionó el chico para sí mismo ―. Le haré pasar un buen rato. 

Yoongi se puso en pie cuando notó que aquella chica se acercaba con una sonrisa en los labios. Sacudió su mano, pero entre más se acercaba la chica, Yoongi notaba que su mirada no iba dirigida a él, entonces supo que esa no era Sakura y que él solo estaba haciendo el ridículo. Aquella chica pasó de largo y se sentó en una mesa donde se encontraba un chico de lentes que la recibió con un fugaz beso en los labios. Yoongi levantó sus comisuras y negó. Debió parecer un tonto. 

―¿Tú eres Min Yoongi? ―. Preguntó alguien. 

Yoongi había estado tan metido en su idea de que la otra chica era Sakura, que ni siquiera escuchó cuando la campanilla sonó otra vez. En frente de él se encontraba una chica de cabellera rosada. La chica llevaba puesto un tierno vestido blanco con diminutos puntos rojos y por encima, un cárdigan del mismo color de los diminutos puntos. A su atuendo le acompañaban un bonito bolso blanco cruzado y unas zapatillas del mismo color. 

―¿Sa-Sakura? 








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Te prometo ser yo » Min Yoongi; BTS ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora