Capítulo 8: Cuando el verano se está volviendo pequeño

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Cat Noir llegó al hotel y buscó un lugar discreto donde volver a transformarse en Adrián. Cuando lo hizo comprobó, satisfecho, que volvía a llevar puesta la chaqueta que le había prestado a Marinette durante su enfrentamiento contra Aracne. Lo cierto era que se trataba de una prenda muy cara, y su padre lo reprendería si la perdía o la estropeaba. Por no hablar del hecho de que le resultaría difícil explicarle a su amiga por qué Cat Noir tenía en su poder la chaqueta de Adrián Agreste.

Entró en el salón, dispuesto a fingir que había estado escondido durante el ataque del akuma.

Por lo que parecía, Aracne no había causado un gran trastorno en la fiesta. El señor Bourgeois se había limitado a mandar que cerrasen bien todas las ventanas, y había sintonizado el canal de noticias en la televisión del salón. Los reporteros habían tardado un poco en obtener una imagen clara de la chica secuestrada por el akuma, pero los invitados habían acabado por reconocer en ella a la ganadora del concurso de Gabriel Agreste, y un murmullo de inquietud había recorrido la sala. Cuando por fin las mariquitas mágicas habían recorrido la ciudad, eliminando el siniestro entramado de telas tendido por Aracne, todos los asistentes habían estallado en exclamaciones de júbilo.

Adrián vio a su guardaespaldas buscándolo en el otro extremo del salón, y se apresuró a darle esquinazo. Quería asegurarse de que Marinette estaba bien antes de que sus vigilantes volviesen a atarlo corto.

La encontró por fin en la terraza. Estaba lejos de la puerta, junto a la balaustrada, hablando con otra chica a la que Adrián reconoció como Sophie, la víctima akumatizada. Frunció el ceño, inquieto, y se apresuró a acercarse a ellas.

Pronto descubrió, sin embargo, que las dos chicas charlaban amigablemente. Adrián se sintió muy aliviado al ver que Marinette parecía estar bien, que su vestido volvía a estar intacto y que ni siquiera se mostraba molesta con Sophie; ella parecía avergonzada, pero Marinette le había pasado un brazo sobre los hombros y le hablaba en voz baja y calmada, sonriéndole con simpatía. Adrián sonrió a su vez, sintiendo una nueva oleada de afecto hacia su amiga.

Inspiró hondo y se dispuso a interpretar su papel.

-¡Marinette! ¿Estás bien? -preguntó, fingiéndose muy alarmado-. Ha habido un ataque, y la chica secuestrada se parecía a ti...

Ella se ruborizó, y entonces Adrián recordó de golpe que estaba enamorada de él. Se quedó sin habla un momento, olvidando lo que iba a decir.

Pero Marinette respiró profundamente y encontró valor para responder sin tartamudear apenas:

-Todo está bien, Adrián. Sí, me... me raptó un akuma, pero Cat Noir y Ladybug me han salvado, y... y todo ha vuelto a la normalidad.

-No tienes por qué protegerme, Marinette -intervino entonces Sophie-. No lo merezco. -Levantó la cabeza y añadió-: Yo fui quien la atacó. Estaba celosa de ella porque ganó el concurso. -Desvió la mirada, abatida-. Lo siento mucho. Estaba segura de que lo habíais amañado; creía que Marinette había obtenido el premio el premio porque tú... porque vosotros...

-Ya le he explicado que es tu padre el que ha elegido el vestido ganador, no tú -cortó Marinette con rapidez-. Y que si no ha venido es porque no suele salir de casa, ¿verdad?

Adrián recuperó la voz por fin.

-Sí, ¡ejem!, por supuesto, él es el genio del diseño, no yo. Y es cierto que no sale mucho. Le pasa lo contrario que a mí: yo no soporto estar encerrado, y él no soporta estar lejos de casa. -Suspiró; iba a añadir que su extraño comportamiento se debía a la desaparición de su esposa, pero prefirió no entrar en detalles delante de Sophie-. Pero es perfectamente capaz de gestionar todos sus asuntos a distancia, no lo dudes. Y tiene buen ojo; incluso a través de una cámara puede valorar un diseño o una prenda y fijarse hasta en los mínimos detalles.

vals después de media noche ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora