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El reloj parecía ir lentamente, de una forma torturante. El tiempo era relativo; Winter pensaba que cuando hacías algo que te gustaba el tiempo iba a una velocidad inexplicable, pero cuando no, éste iba jodidamente lento.

Empezó a mover su pie con impaciencia, el profesor la estaba aburriendo demasiado y no quería volver a ver su calva mientras pensaba que brillaba más que su futuro. Sintió que alguien tocó su pierna y se sobresaltó un poco.

—Cálmate.— Susurró una pelinegra sosteniendo levemente su rodilla.

Minjeong controló el movimiento de su pierna y empezó a mover sus dedos tamborileándolos sobre la mesa.

La misma chica la miró con recelo, Winter la estaba desesperando en realidad. Cuando estaba por decirle algo el profesor terminó la clase.

En tiempo récord el aula quedó casi vacía.

—Casi te doy un golpe.— Confesó la pelinegra, Winter sonrió torcido.

—No me sorprendería que lo hicieras.

—Min, yo igual quería salir, pero tú me estabas irritando.— Explicó mientras ambas caminaban a sus casilleros.

—¿Y para qué me ves tanto, Kim? —Preguntó guardando un libro y sacando otro del casillero.

—Quería ver a Nini, pero la estabas tapando.— Explicó brevemente. Minjeong se giró sobre sus talones.

—Jisoo, pareces una acosadora.— Murmuró.

Jisoo era una buena amiga de Minjeong, quién estaba embobada por Jennie, compañera de clase, ocasionalmente hablaban. Jisoo se ponía muy nerviosa y no lograba entablar una conversación en realidad, y se tenían rumores de que salía con un chico llamado JongIn de la facultad.

A veces sentía que atraía a perdedores a su alrededor; ella también siendo una. A ninguno de su círculo le iba bien en sus relaciones o en sus intereses románticos, era lamentable.
Podrían fácilmente ser una bola de rechazados, incluso podrían abrir un club y ella sería la fundadora.

Regresó su atención a la pelinegra que estaba aún hablando sobre esa chica.

—... En verdad es muy hermosa, ¿cómo podría hablarle? Es imposible, mejor no me acerco.— Murmuró con inseguridad.

—Tú serás la co-fundadora.— Acotó la rubia escuchando la lamentable situación de su amiga.

—¿Eh? ¿De qué? —Ignoró su pregunta y siguió caminando hasta el siguiente edificio donde tenía clases. La pelinegra iba detrás de ella exigiendo respuestas.

...

Sintió esa última clase un infierno, principalmente porque odiaba esa materia, ese salón donde no había aire acondicionado, y por supuesto, a la profesora.

Sintió un alivio cuando después de dos infernales horas pudo irse y recordó brevemente que no había revisado su celular en todo el día. Lo encendió y habían mensajes de Jimin, sonrió un poco y los abrió mientras esperaba en la parada del bus.

Le había mandado fotos de un gato durmiendo panza arriba, al parecer tenía una mascota. Adorable. Siguió respondiendo cada mensaje, sorpresivamente recibiendo respuestas de la mayor de inmediato.

Tal vez fue buena idea intercambiar números.

Minjeong estaba en su habitación tocando su piano cuando una llamada la tomó por sorpresa. No esperaba que alguien le hablara.

Sin ganas alcanzó su celular y miró la pantalla, cuando leyó el nombre del contacto, su corazón palpitó con rapidez. Algo insegura respondió.

—¿Jimin unnie?

They Never Know || WinRina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora