6. Ya No Estamos En Aquel Bar

5 1 0
                                    

Puta madre, salí hiperventilado del maldito show. Cuando terminamos de tocar, tuve que salir por la puerta de servicio para respirar algo de aire y beber un poco de agua. No tengo idea de lo que sucedió allá arriba... mierda, ya lo recordé. Mientras expulsaba bocanadas de aire, recordé que no había calentado la voz por estar firmando autógrafos y prestando atención al cazatalentos. Por cierto, espero no haber dado un mal show, porque eso supondría que no recibiríamos el apoyo de ese hombre. Y no lo digo únicamente por mí, sino por mis compañeros de banda... y hasta por los otros chicos.

Me terminé la botella de agua, y le pedí a Ned que me trajera otra. Estaba recargado contra un contenedor enorme de basura, inhalando y exhalando, intentando recuperar el aliento. Mirada baja, y luego extendí mi mano para tomar la bebida. Le di un trago enorme, y sentí el tufo amargo y caliente en mi garganta. Sin pensarlo dos veces, escupí todo. Era una mierda llamada mezcal.

- ¿Qué te pasa, Ned? -respondí, enderezando así mi postura. Me di cuenta de que no había sido Ned, sino el imbécil de Andy Mulligan.

- ¡Jajaja! Vamos, viejo, anímate un poco-dijo. Acto seguido, le dio un enorme trago a su licorera de plata-. Por ahí escuché que no bebes. Por si no lo sabes, el rollo de "siempre sobrio" no va en esta industria... o quizás y sí, pero solo hasta que eres alguien famoso al que todos quieren imitar. Mientras tanto, necesito que seas una maldita figura pública del rock.

- ¡Idiota! ¿Qué nos garantiza que nos apoyarás después del show de hoy?

-Tuve suficiente, ¿sí? Son geniales, maldita sea. No es nada que haya escuchado antes, y es por eso que los puse en el festival que se viene el próximo fin de semana en Las Vegas.

¿Había oído bien? De repente el sabor a alcohol se me fue, o me acostumbré a él en ese momento. El punto es que pensaba que ese maldito tiburón me estaba tomando las bolas. Somos una banda que ha tenido presentaciones de menos de trescientas personas, que no pasa los diez mil oyentes mensuales en plataformas musicales, ¿por qué lanzarnos directamente a un escenario tan grande? No había ni tres mil personas en el show de ayer, y no eran ni unas mil quinientas en el de hoy. Llevábamos dos shows "profesionales" apenas.

-No te creo nada-tenía que decírselo.

-Resulta que la siguiente parada de su gira iba a ser en Florida... pero me encargué de que les reprogramarán la fecha para este miércoles. El festival Mad Vibrations es su parada de este fin de semana. Si no crees nada de lo que te estoy diciendo, basta con hablar con Ronnie. El resto de tu banda ya lo sabe, así que tienes que brindar con ellos hoy, ¿no te parece?

Andy entró al recinto, y me quedé solo por un momento, hasta que salió Ned con una botella de agua natural. Me la dio, la destapé y la bebí con rapidez. Sentía como mi paladar se purgaba de ese maldito mezcal.

- ¿Bebiste? -exclamó Ned, consternado.

-Algo así. El estúpido de Andy me dio una botella de algo llamado mezcal. Lo escupí casi al instante. ¿Eso cuenta?

Me preocupaba más si había perdido mi sobriedad, y mis hábitos como Straight Edge. Aunque esto fue contra mi voluntad, he de aclarar.

-Desconozco la mierda de un Straight-dijo Ned, quien estaba bebiendo un vaso con ginebra y zumo-. Aunque, habrías probado alcohol después de... ¿dos años? ¿Hace cuánto fue que esa lunática de Jane te dejó por su familia judía?

-Sí, hace aproximadamente dos años. No me lo recuerdes.

Por un momento pensé que estaba haciendo esto de mantener la sobriedad por lo que había pasado con Jane. Una relación de años, y que en un solo momento todo se fuera al carajo, habían sido motivos suficientes para que algo en mí se transformara. Normalmente, muchos optan por beber o drogarse para ahogar las penas. Mientras tanto, yo hacía todo lo contrario. Era como una especie de reto, como si me odiara tanto que no quisiera regresar a ser el imbécil de hace años. Veía esto como una forma de castigarme, por arruinar las pocas cosas buenas que llegaban a mi vida.

Nunca Veré La Costa OesteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora