El show en Florida fue algo tan común como cualquier show pasado, antes de que hubiésemos firmado con Naivety Records. No hubo el público que todos esperábamos, pues era difícil increpar en un lugar en donde se formaron grandes bandas como A Day To Remember, Sleeping With Sirens, Underoath, los tan legendarios From First To Last, entre otras que ya están bien posicionadas. Éramos conocidos, por supuesto, más no generábamos la misma audiencia que ellos. Lo curioso es que compartiremos escenario con algunas de las bandas antes mencionadas en el Mad Vibrations.
Aquel día no hubo mucho que hacer. Andy Mulligan no estaba con nosotros, y Ronnie había suspendido por este día la contratación de escorts .También moderó el alcohol y las drogas. Después de lo sucedido en Austin, supongo que era para mantener un perfil más bajo por sí algo más sucedía después.
No solo me tiré a la hija del fiscal, sino que también los chicos de Drugs and Candy se metieron en problemas serios irrumpiendo en otras habitaciones, orinando en las calles, y rompiendo algunas cosas del hotel. No era conveniente hacer lo mismo en Florida, siendo que las leyes aquí son un poco más ligeras que en el estado fronterizo.
Aquella tarde, antes del show en Orlando, acompañé a Alex y a Lily a comer algunas hamburguesas. No hablamos mucho, salvo de otros artistas que estarían en el festival. Alex habló sobre Bleed From Within, aquella banda que me ha provocado tanta intriga desde que íbamos camino a Dallas. Dice Alex que el vocalista, Scott Kennedy, es un tipo que cuida demasiado su voz, y que son increíbles, aunque sigan sonando exactamente igual que siempre.
Después del show, acompañé a Sam y a Grant a un bar, que después supe que se trataba de un lugar para homosexuales. Grant no era gay, pero no tenía ningún problema con estar rodeado de maricas. Yo solo estuve bebiendo ginger ale, intentando no pensar en el rumbo que mi vida estaba tomando. Sam se enrolló con un chico alto, fornido, y de piel oscura. No supe que pasó, solamente volvió conmigo y con Grant poco después de las dos de la madrugada. Él y yo no hablamos mucho, se había bebido casi doce cervezas, y yo tres botellas de Ginger Ale mientras picaba un poco de manís enteros. Una noche aburrida, pero algo reflexiva.
Al día siguiente tocamos en Miami, con un poco más de audiencia, pero aun así un poco ligero. También el cambio de fechas afectó, eso era obvio. En Miami si me escapé con una chica influencer que estuvo subiendo historias a redes desde el concierto. Todos habían salido a un club nocturno, mientras que yo aproveché en mi habitación para acostarme con ella.
Finalmente, cerramos en Tampa, con un show todavía más grande que los dos anteriores en Florida. Una banda llamada Twist The Knive abrió el show para Drugs and Candy y Savage Grade. Era un grupo de chicos de nuestra edad, que parecían haber salido de un centro de salud psiquiátrica. No conversaron con nosotros, mucho menos buscaron hacer publicidad en sus redes. Parecía como si solo buscaran darse a escuchar con el público, personas que no eran sus amigos o familiares, pues sus canciones eran muy depresivas, como si las hubiese escrito Gerard Way en su juventud.
Pero los shows en Florida solo fueron para recordar lo que éramos antes de que alguien se fijara en nosotros. No generaron la emoción deseada, pero fueron buenos peldaños para llegar a nuestro primer festival en grande.
Las once de la mañana, en el centro de Las Vegas, desayunando en el restaurante de un hotel de clase alta, patrocinado por el mismo Andy Mulligan, tiburón de los negocios dentro de la industria musical. La noche anterior fue algo muy tranquilo. Cenamos en una pizzería junto con un tipo que trabajaba para Sumerian Records, una casa discográfica importante dentro del medio. El tipo compartió la mesa con Andy y Ronnie. ¿Qué nos ofrecerían algo? Lo dudo, aún somos unos novatos, y una empresa como Sumerian no se arriesgaría a llevar a una banda que podría ser olvidada de un día para otro.
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Nunca Veré La Costa Oeste
Teen FictionUna secuela de "Me Tengo Que Ir". Kyle Stoff empieza su debut en los grandes escenarios de la escena. La crisis regresa a su vida tras alcanzar altos ingresos y demasiada popularidad. Y ahora luchará por poner orden en su vida, y reencontrarse a sí...