Superar || Sanzu Haruchiyo

El Día (22)

Los rayos del sol entraban por la ventana golpeando levemente mi rostro, aún era temprano y no tenía demasiadas ganas de levantarme, por otro lado, unos golpes en la puerta me hicieron despertar y salirme de un corto trance.

Me levante arreglando un poco mi cabello, debía desayunar antes de ir a la escuela, aún que hoy no me quedaría tan tarde en ella, debía celebrar mi cumpleaños y así Haruchiyo cumpliría aquella promesa. Abrí la puerta con cuidado tallando mis ojos, podía escuchar cucharas y platos chocar entre sí, también unos leves murmullos, los cuales me hicieron darme cuenta que Haruchiyo no estaba durmiendo en su cama.

Me asome con cuidado viendo la mesa ya puesta, habían panqueques y diversos aperitivos dulces en ella. Al rededor habían pequeños globos adornando el departamento mientras que una silla decorada esperaba a mi persona.

-Buenos días..

-¡Feliz cumpleaños!

Senju corrió directamente a mi abrazándome con fuerza. Correspondi su abrazo con una gran sonrisa en mi rostro por la hermosa sorpresa mañanera.

-Feliz cumpleaños Nyoko.

-Gracias Takeomi, Senju.

Me separe del abrazo para ir al baño a hacer mis necesidades, no quería desayunar en esta pinta tan desastrosa.

Me quedé viéndome al espejo con una pequeña sonrisa inconsciente, tan solo pensar en que esto sería lo primero de todo me calentaba el corazón. La calidez que ellos me estaban brindando me hacía sentir vulnerable, pero de una forma en la cual podría abrirme a ellos mostrando diversas emociones por el día tan especial.

Salí del baño ya lista y más arreglada que antes, todos estaban sentados en sus puertos, incluso Haruchiyo. Mis mascotas estaban comiendo sus respectivos alimentos en el balcón y los chicos se preparaban café para la mañana.

-Feliz cumpleaños.

-Gracias Haru.

Me senté al frente de todos teniendo el honor de estar en el puesto más importante en la mesa. Los chicos me sirvieron de todo lo que había para comer, tanto como los panqueques y las galletas, como café con leche y fruta.

-Cuando vuelvas en la noche soplaremos las velas.

-¡Si!

-Pero puede ser tarde.

-No te preocupes, podemos esperar, incluso si ya son las doce de la noche.

Asentí contenta ante la propuesta, pues no sabía cuánto tardaría con Haruchiyo en la tarde por la sorpresa que el tenía preparada. Estaba nerviosa y ansiosa a la vez y aún que mis padres no estaban a mi lado esta vez, no me sentía nostálgica o triste al respecto.

[...]

En la escuela muchos compañeros se acercaron a mi para felicitarme, otros me regalaron galletas y dulces por mi cumpleaños, tampoco pedía grandes cosas, me bastaba con sus felicitaciones y un pequeño abrazo.

Ryoba y yo habíamos pasado los recesos en la biblioteca y en la azotea, quería conocerla más para no tenerla tachada como una conocida, se me hacía una chica interesante y me alegraba encontrar a alguien con mis mismos gustos.

Por otro lado, Senju había almorzado con nosotras, aún que estuvo haciendo otras actividades en los momentos de descanso, así que no estuvimos mucho tiempo juntas.

En mi casillero habían cartitas por mi cumpleaños, los maestros también me habían felicitado a pesar de llevar poco tiempo en la escuela y todo esto era gracias a estar en un ambiente agradable y unido, haciendo que todos se preocuparan por los otros.