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— Vamos hazlo, diselo — el azabache de largos cabellos empujó a un chico de baja estatura que estaba a su lado, este nego rápidamente abriendo sus ojos alterado. Ambos chicos se hallaban alejados de su grupo de amigos hablando entre ellos ajenos a su alrededor, el azabache había jalado a su menor para hablar con mayor comodidad.
— No, ¿Estas loco o que carajos? — el de cabellos rojo miraba con miedo a su amigo quien no le hacía caso ya que lo seguía empujando hacia la multitud, de repente todas las miradas se posaron en ellos haciendo que el de cabellos rojizos los mirara de manera amenazante por puro instinto.
— ¡Oe Draken! El enano tiene algo que decirte — hablo con fuerza el azabache llamando la atención de todos en el lugar y más aún la del nombrado ya que miraba al de baja estatura con una ceja elevada.
— Luego de esto te mató Keisuke, te voy a dar como alimento a Adolf y Stanley — Amenazó en susurros a su amigo el cual sintió temor por unos minutos, tomando aire se acercó al Rubió de trenza para encararlo. — Tu me gusta tótem de mierda, y sinceramente no me importa si me co... — No logró terminar de hablar ya que el de mayor estatura lo había tomado de las mejillas y besado, de una manera suave y armoniosa donde ambos sintieron que su mundo se detenía.
