¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de aquel día donde el rubio de tatuaje en la cien había encontrado a su pareja con el rostro inundado en lágrimas, moretones en su cuerpo, ojo inflamado, labio roto y ropa llena de sangre se había prometido no dejar que nada malo le pasará y protegerlo de cualquier persona que tratará de hacerle daño. Justo ahora el rubio se hallaba golpeando a un chico el cual había osado en molestar a su pareja llamándole por nombres ofensivos los cuales tenían el claro objetivo de herirlo.
— Y si vuelves a si quiera mirarlo, te rompere tu horrenda y asquerosa cara de mil maneras diferentes — tras decir aquello pateo el abdomen del pobre infeliz alejándose de allí para encontrarse con unos ojos grises los cuales lo miraban con reclamo.
— ¿Que te he dicho de golpear a mis compañeros de clase? Sabes que me puedo defender perfectamente — reclamo el menor cruzando sus brazos sobre su pecho ganándose un bufido por parte del contrario quien ser había acercado a él para besar su frente.
— No me importa si puedes hacerlo por ti mismo, mientras este contigo yo seré quien te defienda — una sonrisa arrogante se instaló en su rostro logrando sacar una risa de él aún magulladuras rostro del pelirrojo él cual le había dado un leve golpe en el abdomen.
— Si, si como digas mi caballero de poco cabello — bromeó el pequeño pasando por al lado de pareja para salir corriendo, escuchando como este gruñia y daba fuertes zancadas.
