Me levanté de la cama de mal humor debido a que mi padre me obliga a acompañarlo al entrenamiento de la selección.
- ¡Melisa! Venga, que llegamos tarde - me gritó mi padre desde el piso de abajo
- ¡Que ya voy joder!
- ¿Podéis parar de gritar ya? - preguntó mi hermana
- Cállate - murmuré saliendo de mi habitación
- Vamos Mel - dijo mi padre cogiéndome de la mano y sacándome fuera de casa
Nos subimos al coche y pusimos la radio para evitar el silencio.
- Sinceramente no entiendo porque tengo que ir
- Melisa, ya te lo he explicado, te dije que ibas a venir conmigo a todos los entrenamientos si suspendías el examen, y lo suspendiste.
- Ya, pero fue con un 4,9, eso se redondea papá
- Pero está suspenso ¿no? - preguntó bajando el volumen a la radio
- Supongo que sí - suspiré
Mi padre me miró.
- Ya verás como te van a caer bien
- Ya veremos.
Por fin llegamos a nuestro destino. Me bajé del coche y miré aquel enorme lugar.
- Venga Mel, vamos dentro - metió prisa mi padre
Rodé los ojos y seguí a mi padre hacía las instalaciones. A los minutos pude ver a todos los chicos que formaban la selección española.
- Chicos, os presento a Melisa, es mi hija pequeña. Tiene 19 años, así que cuidarla. Estará con nosotros en los entrenamientos y eso.
Saludé con la mano y me senté en el césped.
- Mel, ¿Ya te has sentado? ¿De verdad?
- Si te soy sincera no tendría que haberme ido de Manchester, sabiendo lo que me esperaba aquí, mejor me quedaba.
- ¿Sin ver a tu familia?
- Exacto - sonreí
Mi padre rodó los ojos y se fue a entrenar a los chicos. Miré durante unos minutos el entrenamiento pero me aburría así que me eché para atrás y me quedé mirando al cielo.
- Hey! Pásame la pelota porfa - pidió uno de los chicos
Me incorporé y cogí la pelota situada a mi izquierda. La lancé con precisión y volví a tumbarme.
- Gracias- agradeció él
- De nada - susurré
Una vez terminando el entrenamiento salí del campo para encontrarme con mi hermana.
- Sira, esto es una tortura - me quejé al verla
- No me digas que no te encanta estar rodeada de chicos guapos - me guiñó un ojo
- Uy si, guapísimos. Se salva uno como mucho
- Quien quien quien - dijo Sira emocionada
- ¿Pretendes que te diga el nombre?
- Con que me lo señales voy bien
- Bueno, ven
Una vez dentro busqué al chico que me había pedido el balón. Cuando lo encontré le pegué un codazo a mi hermana para que mirara ya que estaba embobada mirando a otro.
- Ese es - dije
- ¿Ferran Torres? - preguntó sorprendida
- Si se llama así, entonces sí- afirmé
- ¡Ferran! - gritó mi hermana para que se girara
- ¿Sira? - preguntó el moreno
Ambos corrieron a abrazarse mientras yo observaba la escena con inocencia.
- Está es mi hermana, Melisa - presentó Sira
- Encantado, Ferran Torres - me dió la mano, cosa que yo acepté
Nos quedamos hablando con él un rato hasta que llegó la hora de irse a casa.
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Arriesga por mi
Hayran KurguSi no puedes parar ni un día de pensar en una persona, vale la pena que luches por ella.