2- EL SANTUARIO DE LA MARIPOSA CARMESI

52 5 0
                                    

Cuando Sunoo salió de aquella casa, dejando a Sunghoon atrás, caminaba con su singular cojeo en su pierna derecha. Sus iris marrones perdidos en un lugar o un momento distinto, excepto en el presente y, sin embargo, daba la sensación de que sabía exactamente a donde dirigirse, aunque esa villa fuese totalmente desconocida para el.

-Nos está llamando -decía el mayor  mientras se alejaba de aquella casa donde cosas terribles habían visto, y donde había abandonado a la persona que más amaba.

Caminó con tremenda tranquilidad, como si aquel paseo entre casas solitarias llenas de espectros que la observaban por entre las oscuras ventanas, no fuese más que una tranquila caminata en el parque por la tarde. Y mientras avanzaba, el murmullo de un Hombre  picaba sus oídos al compás del aullar del frío viento. Ese viento ligero, sutil, casi imperceptible, ese viento que es mucho peor que un aironazo.
Siguió caminando por esas pequeñas calles terrosas entre las antiguas casonas y al girar en una intersección, lo vio.

Vio a aquella entidad que lo llamaba.

Frente a el, con sus brazos abiertos, como quien como quien vuelve a ver a un ser querido después de mucho tiempo, lo recibía aquel chico. Aquel chico que de cabellos castaños vestía un kimono que podría haber sido totalmente blanco... si tan sólo no estuviese ensangrentado. Manchas del líquido rojo
cubrían el abodomen de el chico .

Y Sunoo, sin ningún resquicio de temor se acercó a el...
(...)
Sunghoon salió de su trance y respiró hondo, sopesando aquellas imágenes que acaba de ver.
¿Acaso desde que entró a aquel lugar maldito su conexión con Sunoo se había vuelto algo realmente fuerte?

Siempre fueron unidos, se conocían desde la infancia cuando la familia de Sunoo llegó al barrio de la familia Park y ocuparon la casa justo de enfrente y ambos supieron que desde el primer momento que se tuvieron una frente a la otro , hicieron "click" irremediablemente. Especialmente desde que notaron que tenían muchísimas cosas en común que rallaban lo extraño, comenzando por el hecho de que ambos eran zurdos, tenían los mismos gustos y que, según sus padres, sus fechas y hora de nacimiento eran las mismas, con la excepción de que Sunoo era mayor por apenas y un minuto.

Como si fuesen gemelas nacidos de padres distintos.

Lo más extraño, es que ambos  poseían la misma marca de nacimiento en el mismo lugar. Aquel sutil tatuaje con forma de mariposa en el omóplato izquierdo de ambos.

Desde entonces ambos se autoproclamaban almas gemelas que tuvieron la suerte de coincidir desde
muy temprana edad.

Sunghoon no tenía intenciones de que eso cambiara ahora.

Bajó corriendo a tropezones las escaleras de madera en dirección a la salida, pero un ruido se escuchó al exterior. Voces. Voces de varios hombres que se escuchaban cada vez más cerca.
Acercándose paulatinamente.
A estas alturas, Sunghoon estaba segura que lo que fuese que estuviera del otro lado de los barrotes de madera sin cristal que servían como "ventana", no era humano.
Su corazón dio un brinco y se ocultó rápidamente bajo aquella ventana, asegurándose de bajar la luz de su linterna. Contuvo el aire dentro de sus pulmones con el miedo de que un solo suspiro pudiese ser escuchado.

-Debemos encontrarlo...
-No debe estar muy lejos...



- Una vez que lo tengamos... -decían a medias aquellas voces masculinas pasando de largo justo detrás de el desde el exterior, alejándose.

Mariposa carmesí [ SUNSUN] [ENHYPEN]  //AU ENHYPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora