Epilogo: Nuestra promesa

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La tarde era un poco fría, pues el otoño estaba en su pleno apogeo, pronto entraría el mes de noviembre y aunque el sol pegaba fuerte durante la tarde, este calentaba muy poco; sin embargo, el día seguía siendo agradable para salir a dar un paseo al parque y es por eso, que Kim Sunoo se encontraba tranquilo y paciente en esa banca del parque frente a la universidad. Llevaba un café mientras escuchaba música y veía a los estudiantes pasear y reunirse con sus amigos después de las clases. Quizás unos irían directo a casa a cenar algo caliente u otros saldrían, justo como el. Al ser el inicio del fin de semana, podrían dejar los deberes para el día siguiente y desvelarse un poco.

Sunoo sacó su móvil y cambió la canción y se sintió un poco nostálgica. Amaba la temporada otoñal, un poco más que la invernal, pero definitivamente, lo único que extrañaba en esos fríos días, era el observar las mariposas posarse en los charcos de agua.

A Sunoo, por alguna razón que desconocía, le fascinaban las mariposas.

Nunca supo por qué, simplemente le parecían hermosos seres que volaban libremente con sus preciosas alas.

Le dio un sorbo a su café que aún se conservaba a buena temperatura.

Quizá, pensó un poco, se debía a que de esa manera conoció, a quien El creía y decretaba, era el amor de su vida, y la persona con la que pasaría el resto de sus días:
Había conocido a Park Sunghoon durante la escuela primaria, sus padres eran buenos amigos por lo que era común ver a la familia de el niño Coreano en casa de De el Mayor  los domingos de barbacoa, o viceversa. Quizá, al principio se repudiaron un poco, pero, aquel domingo cuando vio a Sunghoon  observar una mariposa y acercarle agua fresca en una tapita de refresco, y como la mariposa con toda la confianza del mundo se acercó al líquido que le ofrecía el menor, el corazón de Sunoo explotó.

Con el tiempo, se conocieron. Se dieron cuenta que tenían más cosas en común de las que se considerarían "normales"
Ambos eran zurdas, habían nacido el mismo día y a la misma hora solo con diferencias de segundos. Tenían los mismos gustos e intereses y se comunicaban perfectamente bien sin el uso de las palabras, claro, sin contar que ambos tenían un lunar, una pequeña marca de nacimiento en el omóplato izquierdo en forma de mariposa.

Poseían una fuerte conexión entre ambos,que todo quedó en el simple hecho de que pasaban demasiado tiempo juntos y habían aprendido a conocerse. Constantemente hacían bromas con sus padres respecto a esto, pero todo quedó en una simple coincidencia.

Fueron niños con una infancia completamente normal y feliz. Se conocieron, fueron amigos,para secundaria se consideraban mejores amigos y para el final de la misma, e inicio de la preparatoria, se confesaron sus sentimientos. Para nadie fue sorpresa, ni siquiera para sus padres que, con sorpresa, admitieron que pensaban que ya eran novios desde hacía mucho tiempo.

Por eso, Sunoo no podía pedir más a la vida de lo que ya tenía con sus padres y Sunghoon.
Sin embargo, últimamente se había comenzado a sentir inquieto.Algo le molestaba, pero no estaba realmente seguro de que era. Estos últimos días había tenido pesadillas extrañas. Como pequeños milisegundos de recuerdos nebulosos que incluían a Sunghoon, pero... quizá estaba siendo un poco paranoico.

Justo estaba pensando en ello, cuando la persona que ocupaba 24/7 sus pensamientos, apareció

-¿Cómo estuvieron tus clases hoy, amor? - Park Sunghoon  llegó vestido con su hoodie color celeste y leggins negros y zapatillas deportivas, al parecer, acaba de salir de su ensayo de patinaje.

Sunoo lo recibió con una sonrisa.

-Bien, afortunadamente no tuve problemas con la presentación. Moría de nervios -dijo mientras se hacía a un lado en la banca para darle un poco de espacio a Sunghoon y tomara asiento.

Mariposa carmesí [ SUNSUN] [ENHYPEN]  //AU ENHYPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora