6- EL SOBREVIVIENTE

23 3 0
                                    

Por supuesto que llegar hasta el santuario de la mariposa carmesí no iba a ser una hazaña sencilla, aunque este estuviese a pocos minutos camino arriba desde el almacén donde habló con Jake.

Especialmente por aquellos sentimientos que comenzaban a encajarse cada vez más en su pecho.
Quizá estaba un poco más susceptible debido al tiempo que había pasado ahí, dentro de esa aldea maldita, pero, los espíritus terrenales que rodeaban el lugar le dejaban ver su historia, sentir los sentimientos que arrastraron por años y los mantuvieron cautivos, cada vez se acercaban más a el mostrándole su sufrimiento y eso era algo que estaba acabando con Sunghoon poco a poco.

Como aquel hombre con el que se topó entre la maleza mientras iba en camino al santuario: Al ser un alma terrenal, este no se acercó a Sunghoon, tampoco le habló, pero sí le mostró escenas rápidas. Como flashes de milisegundos donde el hombre le compartía lo que había sido su vida cuando el habitaba en la aldea. Un hombre pacífico, sin familia, y solamente con un perro como su mejor amigo. Él se dedicaba a la cosecha de maíz. Jamás le agradó la idea de lo que les hacían a esas inocentes personas. Le parecía hasta cierto punto estúpido, por eso el decidió nunca contraer matrimonio ni tener un hijo. Temía que su primogénito pudiera correr con esa triste suerte.

Después de mostrarle como había sido su honesta vida, le mostró escenas terribles, escenas crudas de como la aldea comenzó a entrar en caos pues todos sabían que los sacrificios habían fracasado y como la tierra se cimbraba anunciando el inicio de La Penitencia. El hombre presenció cómo familias huían sin éxito, en como un hombre mataba a su propia hija con sus manos para evitar que su alma fuera tragada por la oscuridad. Como los niños se escondían dentro de cajas y debajo de las carretas esperando poder salir vivos... todo sin éxito alguno.
El por su parte, después de despedirse de su mejor amigo canino, a quien había dejado libre para que huyera a través del bosque, tomó una soga para colgarla en el árbol que se encontraba afuera de su casa, rezando a todas las deidades que fuese capaz de morir antes de que la oscuridad lo alcanzara.
Sunghoon miró todo aquello que la entidad le mostró. Se sentía casado,hambriento, con dolores de cabeza y su nariz sangraba de tanto en tanto goteando el líquido rojizo y el, manchando su chaqueta y las mangas de su camisa cuando limpiaba descuidadamente su rostro. Tenía el presentimiento de que aquellas almas atrapadas ya estaban al tanto del porqué estaba ahí y de lo que intentaban hacer.

Desgraciadamente si ellos lo sabían, probablemente los espíritus malignos que buscaban hacer el ritual una vez más también estaban al tanto de ello.
Su vida ahora estaba en un verdadero peligro, como si todo lo que ya había pasado no fuese suficiente

Suspiró hondo y abrió las dos puertas del santuario de par en par.

Estaba seguro que si lograba salir de ese lugar, jamás en su vida volvería a dormir con las luces apagadas.
El santuario, como todo el resto de la aldea, estaba en un deterioro evidente. Un lugar totalmente en penumbras, imposible mirar alrededor ya que lo único que alumbraba eran dos pequeñas velas sobre el único y pobre altar.

Sunghoon esperaba encontrar un lugar inundado con sellos, estatuas, o cualquier cosa, justo como la biblioteca del sumo sacerdote de la casa Takahashi, pero no era así. Este santuario estaba casi desierto.
Solamente un amplio piso de madera carcomida y fracturada, así como dos velas al fondo sobre una mesa iluminando nada en particular.

Sunghoon apuntó su linterna hacia enfrente y se acercó a la ofrenda y una cajita de cristal estaba ahí mismo y dentro, al parecer la llave que buscaba.
Dicha caja, por supuesto, estaba cerrada pero no tenía tiempo para delicadezas. Así que Chaeyeon tomó la caja entre sus manos y levantando sus brazos, dejó caer con fuerza el recipiente al suelo.
El cristal se estrelló en cientos de pedacitos con la llave en medio de todos.

Mariposa carmesí [ SUNSUN] [ENHYPEN]  //AU ENHYPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora