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Esto debe ser una broma...

—Perdón pero, ¿podrías repetirlo?

—¿Eh?

—Si podrías repetir lo que dijiste. Últimamente debo de estar lavándome mal las orejas y estoy escuchando todo para el traste. —intenté por reírme, aunque la broma me salió del traste. —¿Te importaría volverlo a decir?

Jack me miraba desde abajo con el mentón levantado. Se veía realmente nervioso. Ambos estábamos en uno de los pasillos más desolados de la escuela, no había nadie más que nosotros estando varados ahí.

Tuvo que tomar coraje de nuevo. Inspiró hondo y entonces lo repitió:

TN, ¡me gustas!

Ah, no. No, no, no, no. No otra vez.

El retriever no se veía esperanzado con la propuesta, es más, supe por su reacción que la mía ya lo había advertido inmerecidamente. Supongo que se intuía esto.

Me coloqué el índice y el pulgar en la punta de la nariz, tratando de sonar lo más suave posible, lo más amable, comprensiva, lo más piadosa posible. ¡Joder, qué es Jack! Lo conozco desde que éramos solo unos críos. Desde hace años que somos amigos, hasta sospechaba que pudiese verme de esta manera, pero no esperaba que...

Joder, y ahora me confiesa sus sentimientos.

—Lo siento, amigo.

—Tranquila, TN. Ya lo sé. —habló de inmediato. Tenía la mirada cabizbaja. —Ibas a rechazarme, lo sé. No soy tan alto ni tampoco tan feroz como tú, es bastante evidente.

—¡No! —negué. Ay, no, me siento tan mal. —No, no. Créeme, no tengo ese tipo de visión, ni mucho menos soy estricta con las especies. Simplemente... —fruncí el ceño. Mierda, ni siquiera podía verle bien a la cara. Qué incómodo. Tuve que exhalar el aire contenido si quería responder: —Es que no tengo algún afecto hacia ti, eres como mi hermano, ¿comprendes lo que te quiero decir?

Sus orejas se volvieron más caídas y supe que la había cagado de igual manera. ¡Arrgg! ¿Por qué no puedo usar bien mis palabras? Me siento horrible.

—Jack, perdóname. Esto no...

—No, no, está bien. —Intentó sonreír nuevamente. Se esforzó por ocultarlo. —Está bien, TN. Eres buena persona, sé que tu intención no es lastimarme.

—Pero lo hice de todas formas, ¿verdad? —ahora mi sonrisa era pesimista.

Jack intentó animar nuestros ánimos.

—Anda, no puedes estar correspondiéndole a toda persona que se te confiese, ¿verdad? Sino, perderías uno de tus encantos.

Hice una mueca.

Jack se rió de mi expresión.

—Eres linda, TN. Muchos chicos gustan de ti.

—Me estás dando demasiado crédito. —suspiré.

—Lo digo en serio. Le gustas a muchos animales que conozco, animales incluso mejores que yo, lo he oído; el chisme del chico de primero al que dejaste en la enfermería.

—Agh, no me hagas recordarlo. —me llevé del dedo a la nariz. Ni siquiera quiero pensar en volver a ver a ese pobre idiota.

—Pero veo que a ti no te gusta nadie.

Hice una mueca desganada, como diciendo que no me importaba. Nunca me he considerado un partido aceptable para nadie, nunca me he puesto en ese papel.

—¿No has pensado en tener... un novio? —preguntó con timidez. —¿No te has puesto a pensar en cómo sería?

INSACIABLE | BEASTARSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora