Capítulo VI: Modelo webcam

723 170 652
                                    

◦❥Lilibeth❥◦

Megan no dejó de hostigarme durante toda la semana. Después de escuchar la propuesta de Helen, me negué de inmediato, porque nunca me vería en una situación tan comprometedora. Solo de pensarlo, el rubor sube por mi rostro hasta teñir mis mejillas de un intenso color carmesí.

Sin embargo, ambas insistieron en que lo pensara bien, asegurándome que me ayudaría mucho con mi situación económica. Incluso, podría dejar de trabajar en el bar, donde el ambiente está siempre impregnado de cigarrillos y alcohol.

Sinceramente, les di la oportunidad de que me convencieran, y por poco lo logran, sobre todo tras lo ocurrido la última vez con el hijo de Jones. Ese día, al llegar a casa, me restregué la piel con una esponja, tratando de borrar cada rastro de él. Estoy comenzando a desarrollar un verdadero asco por los hombres.

A pesar de todo, llegué a la conclusión de que, a pesar de no tener mucho dinero al final de cada mes y las facturas siguen acumulándose, de alguna manera hemos podido salir adelante todo este tiempo.

Hoy es jueves y, por suerte, no tengo turno. Así que, al salir de la preparatoria, me dirijo directamente a casa. Mi madre tampoco tiene que ir al hospital, pero inventará alguna excusa para no estar en casa todo el día. Lo hará con el único propósito de no hacerse cargo de Logan. A veces siento que soy yo la que cumple el rol de madre, y no Marian.

—Hola, mamá —anuncio al entrar— Logan, ya estoy en casa.

Dejo mi mochila a un lado del pasillo y me encamino hacia la sala. Lo primero que veo es a Logan jugando con sus juguetes sobre la alfombra. Marian está ahí también, pero no está sola. Owen está con ella, lo cual no me sorprende, ya que a veces se queda un par de días en nuestra casa.

Lo que sí me sorprende es ver a mi madre llorando en los brazos de Owen. Al escuchar mis pasos se levanta del sillón, limpiándose las lágrimas antes de girarse hacia mí, esbozando una sonrisa tan falsa como las promesas de un político en campaña.

—Hija, viniste. No te escuché entrar. ¿Ya almorzaste? —me pregunta con un tono forzado.

La miro, sin saber muy bien qué decir o cómo reaccionar. A veces pienso que mi madre sigue viéndome como a una niña, incapaz de entender lo que realmente está sucediendo.

—Mamá, ¿qué está pasando?

Al no poder contenerse más, vuelve a romper en llanto. En dos zancadas ya está frente a mí, abrazándome con fuerza. El olor de su perfume inunda mis fosas nasales, mientras sus lágrimas empapan mi blusa. Logan, inmerso en su mundo, ni siquiera parece percatarse de lo que está ocurriendo. A veces le envidio esa inocencia.

—No sé cómo decirte esto... —susurra entre sollozos—. Debo dos meses de alquiler, y nos notificaron que debemos desalojar en un plazo de quince días. Hice todo lo posible para hablar con el arrendador, pero no quiso darme más tiempo.

El mundo a mi alrededor comienza a tambalearse. Me siento mareada, como si el suelo se desmoronara bajo mis pies. No sé qué vamos a hacer. No tenemos a dónde ir. Después de la muerte de mi padre, nos alejamos de toda la familia. Solo queda la hermana de mi madre, pero vive en otro Estado.

—Eso no es todo Lilibeth... —dice mi madre, llamándome por mi nombre completo, lo cual solo puede significar malas noticias.

Se acerca a Owen para abrazarlo, como buscando algún tipo de apoyo, y luego me suelta una de las peores noticias que podría darme.

—Estoy embarazada de tres meses... Te prometo que nos cuidamos, pero al parecer el método falló y...

—¡Los odio tanto! —grito con furia contenida—. ¡Nunca piensan en nadie más que en ustedes mismos!

Sombras y DestellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora