Capítulo VII: El inicio de la diversión

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◦✧Ashton✧◦

Actualidad,

Cuando llegué a San Agustín, solo contaba con un cambio de ropa y los últimos cien dólares en mi bolsillo. Sin la ayuda de mis tíos, y mucho menos de nadie más, pude seguir adelante. 

Conseguí un empleo de medio tiempo que me permitió estudiar en una universidad pública, en la facultad de arquitectura. Afortunadamente, pude vivir en el campus hasta graduarme, lo que me ahorró cientos de dólares en alquiler.

Ahora, con veinticuatro años, soy un arquitecto. Seguí los pasos de Frank, quien en su momento fue mi ejemplo, aunque luego me enteré de que mi abuelo me había dejado su empresa para administrarla, tomando el puesto de presidente ejecutivo. Los socios me recibieron bien, lo cual, sin duda, no agradó en absoluto a Greg, ya que él también se dedica al mundo de las infraestructuras. 

A pesar de mi éxito, no veo a mi hermana con frecuencia. Por más que tenga un buen empleo, una empresa y un título universitario, a mis tíos no les agrada la idea de que me acerque a ella, especialmente ahora que acaba de cumplir dieciocho años.

Salgo de mi apartamento y me dirijo al sótano, donde me espera mi hermoso Porsche 718 Cayman S rojo. Frente al auto, lo observo un momento, admirando su diseño y el inconfundible aroma a cuero del interior.

Hoy me dirijo a mi empresa, "Arquitectos Ziegler S.A.", donde tengo varias reuniones programadas. Pero, antes de ir a la oficina, hago una parada frente a Belmont Preparatory School, donde mi hermana estudia.

Mis pensamientos se interrumpen cuando veo llegar a Lilibeth con Megan. Como de costumbre, su amiga la pasa a recoger. Ambas salen del vehículo, charlando y riendo animadamente. 

Poco después, mi hermana también llega en su lujoso auto. Un chofer la lleva cada día al colegio. Agradezco que, al menos, mis tíos le hayan proporcionado una mejor educación de la que yo tuve.

Hola, Vannia —contesto apenas suena el celular.

¡Hola, hermano! Ya te he dicho que no me llames así, no soy una niña.

¿Ah, no? ¿Y cómo quieres que te llame, si tu nombre es Vannia?

¡No! También me llamo Helen, para tu información.

Mis tíos decidieron cambiarle de nombre a Vannia por "Helen", porque les recordaba menos el pasado de mi madre y su relación con Frank. Fue su manera de "enterrar el pasado".

Como prefieras, Vannia. Necesito saber si hiciste lo que te pedí.

¡Por supuesto! ¿Por quién me tomas? No soy como esas mujeres con las que te acuestas. Las dos perras ya están en el negocio. Fue fácil, ahora te toca a ti hablar con la directora. 

Las notas de Vannia han bajado últimamente, y el trato era que, si ella lograba convencerlas, yo hablaría para evitar que mis tíos la castiguen por no estudiar lo suficiente.

Solo me aseguro. Ayer la seguí hasta una plaza y parecía estar mal.

¿Por qué ese tono? ¿Te preocupa? —pregunta con un toque de burla.

No, solo quiero asegurarme de que todo salga según lo planeado —Aclaro, apresurándome a cambiar de tema—. Ahora tengo una reunión con la directora. La próxima vez procura estudiar más. No apruebo que bajes tus calificaciones. 

Si, papá —replica con sarcasmo. 

Sigue siendo su amiga y mantenme al tanto de todo.

Sombras y DestellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora