Cap. 4

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Willy se encontraba descansado, era su hora de la siesta donde ganaba la energía suficiente para luego volver al trabajo. De repente empezó a escuchar pisadas en la habitación aun así no abrió los ojos ya que sabía quién era la persona que se encontraba en su hogar.

Cuando las pisadas llegaron hasta el sillón donde reposaba sintió como unos suaves labios se unían con los suyos, al principio no hizo ningún movimiento, pero después no pudo resistirse a corresponder aquel dulce beso.

- Ya sé que estas despierto ratoncito – dijo esa persona con una suave voz.

- Si me despertaras cada mañana así sería muy feliz ¿sabes?

- Jajaja no porque te mal acostumbras y luego quieres mas

- Jajaja – mientras se reía tomo desprevenido al hibrido y lo recostó junto a el – te quiero Fargan

- Yo también Willy...

Pum*

- Auch... - cuando abrió los ojos vio la luz de la mañana desde el piso de su habitación. Había sido un sueño, uno dulce y amargo que le dejo un aire fresco de tristeza, lo misma de cada mañana – ojalá no despertar nunca de esos sueños tío...

Era una nueva mañana en Karmaland, su deber como policía era el de mantener la paz en Karmaland una labor honorable, pero que a veces era desesperante.

- ¡Quiero demandar a Lolito! Esta loco Willy no para de tirar su basura en mis tierras, debes de detenerlo tío – reclamaba un hibrido de osito furioso.

- Rubius... tú también eres un policía ¿Por qué no te haces cargo tú? – reprochó Willy frustrado.

- Es que tío es mucho papeleo... - se quejó Rubius mientras intentaba hacer ojitos adorables para que su amigo le ayudara, pero al ver que no funcionaba uso el plan b – hablare bien de ti a Fargan~ ¿es un trato?

- Mmm – Willy fingió pensárselo, pero estaba claro que le habían dado en su punto débil – echo

En la casa del hibrido de búho...

- ¡Achú!... que rata estará hablando de mi


Continuara...

¡Me declaro inocente!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora