Cap. 6

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- ¡Déjame!

- ¡E-espera, no es lo que parece!

- ¡Jod*te!

- ¡¿Te rindes?! ¿Dónde queda el amor que me jurabas?

- ... ese amor que sentía lo destruiste tú con tus mentiras

- Dame otra oportunidad... te lo suplico...

Aún recuerdo esa una noche helada de diciembre, el día en el que la luna fue testigo de nuestro adiós...

...

Era un hermoso día de primavera, los pájaros cantaban y el pueblo de Karmaland rebosaba de vida. Era el día de "San Valentín", el día perfecto para confesarle a esa persona especial tus sentimientos.

- ¿Señor, a cuanto esta este ramo de rosas?

- Son 125 diamantes joven

- ¡¿125 diamantes?! - gritó sorprendido el hibrido de osito, esa cantidad era lo que gastaba normalmente en un mes - ¡¿Por qué tan caras, son de rubís?!

- Son especiales joven, si se la das a tu enamorada o enamorado serán felices por siempre - explicó el anciano comerciante, logrando convencer al osito.

- Bien... pero si no me funciona quiero un reembolso - refunfuño Rubius pagando con sus ahorros, tenía mucha ilusión en que su amor por fin sea correspondido.

Rubius había esperado esta fecha desde hace más de 8 meses, ahora se dirigía a la mansión de su enamorado con las flores más caras de Karmaland y una caja de chocolates con relleno de miel, rogaba a los dioses que todo saliera como lo había planeado.

- ¡DING DONG! - gritó el hibrido, en esa casa faltaba timbre.

- ¡¿QUIEN?!

- ¡SOY YO, VEGETTA!

- ¡¿ERES VEGETTA?!

- ¡NOO! ¡SOY YO!

- ¡¿QUIEN?!

- ¡RUBIUS! ¡VEGETTA ABREME LA PUERTA O LA EXPLOTO!

- Estoy detrás de ti tontito - bufoneó Vegetta mientras susurraba por la espalda al osito.

- ¡AHH! ¡Que susto Vegetta! - chilló ofendido Rubius, el plan estaba yendo mal.

- Jajajaja perdón... ¿Qué es eso? ¿flores? ¡¿son para mí?!- chilló Vegetta emocionado con una voz aguda.

- ¡No! ¡digo sí, pero no así! puff - Rubius tuvo que suspirar y ordenar sus pensamientos, Vegetta hacia que su IQ bajara a cero - Solo tómalo...

- Oooww gracias osito, muak - Vegetta estaba tan feliz por el regalo del hibrido de oso que beso la mejilla de este, causando un gran sonrojo en ambos.

- B-bueno... ¿te g-gustaría salir a pasear o buscar diamantes? - preguntó Rubius muy nervioso.

- ¡Me encantaría! Pero... no puedo, ya quedé con Willy... perdón - recordó Vegetta sintiéndose culpable de dejar solo a Rubius en un día tan especial.

- ... - Rubius se sintió muy decepcionado, sabía que Vegetta ya no sentía nada por Willy (o eso quería creer), pero aun así era doloroso ver que siempre sería la segunda opción, que para Vegetta siempre Willy es lo primero y lo más importante - bien...

- Rubius... perdóname, yo-

- No importa Vegetta. Me voy.

- ¡Rubius!

Rubius se fue antes de que Vegetta pudiera alcanzar a decir algo, el hibrido de oso se sentía triste y decepcionado, con grietas en su corazón...

Continuara...

Las letras en cursiva son recuerdas, pero la pregunta es ¿de qué pareja son los recuerdos?

¡Me declaro inocente!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora