9. Pelea Tras Pelea

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El sonido de pájaros afuera de la casa rodante de Eddie me despertó, unos segundos después de intentar ponerme consciente de todo, por lo que de inmediato noté que Eddie ya no estaba en la cama

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El sonido de pájaros afuera de la casa rodante de Eddie me despertó, unos segundos después de intentar ponerme consciente de todo, por lo que de inmediato noté que Eddie ya no estaba en la cama.

Me acomodé mientras suspiraba cuando escuché algo en el baño.

—Mierda, mierda, mierda. —el susurro de Eddie se escuchaba.

— ¿Todo bien? —pregunté llamándolo.

—Si. Si. Todo bien. Vístete que vamos tarde. —me mandó. Su voz por alguna razón se escuchaba agitada y molesta, pero decidí ignorarlo y hacerle caso.

[•••]

Trazaba múltiples líneas sobre lo que quedaba en blanco de mi hoja. Las clases de matemáticas eran muy aburridas, aunque me sentara con Eddie, no nos dejaban hablar nunca, por lo que nada era entretenido, solo me la pasaba dibujando y dibujando toda la clase. Ya llevaba 3 páginas gastadas, de hecho, había llegado al final de mi cuaderno, y ahora que estaba completando la última esquina de papel, finalmente me quedé sin nada que hacer. Suspiré y dejé el lápiz en la mesa.

Parece que Eddie lo notó, porque lentamente dejó su brazo descubierto en mi parte de la mesa, lo miré a los ojos y el me sonrió. Quería que dibujara en el. En mi cara se plasmo una gran sonrisa. Destapé el lápiz y empecé a jugar dibujando otras cosas alrededor de sus tatuajes.

Estuve así la mitad de la clase cuando de repente empecé a ver borroso, me tallé los ojos repetidas veces creyendo que era porque tenía sueño, pero esto no se pasaba. Suspiré y cerré el lápiz para concentrarme en lo que me estaba ocurriendo.

Cerré los ojos por el abrupto mareo que llego en mi.

Sabía que algo iba mal, y debía pararlo con rapidez. Levanté la mano y la profesora lo notó inmediatamente.

—Profesora, me siento algo mal, ¿puedo ir a la enfermería? —pregunté.

—Por supuesto. —respondió.

Sentía la mirada constante de todo el salón sobre mi, debía estar pálida o algo así.

—Hey, ¿necesitas ayuda? ¡Carrie! —la voz de Eddie fue bajando de volumen lentamente al mismo tiempo que el lugar estaba perdiendo el color, hasta que escuché a él gritando mi nombre.

ENJOY THE SILENCE - steve harringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora