ENJOY THE SILENCE - steve harrington

10. Yendo a Casa

Después de que la enfermera me curara, ya había tocado el timbre para irnos a nuestras casas, por lo que me dirigí a mi casillero para tomar mis cosas aprovechando que ya no quedaba mucha gente en el pasillo para juzgarme.

Metí mis cosas a mi mochila hasta que sentí a alguien a mi lado.

—Te ves... —empezó a decirme Eddie muy sorprendido.

—Para la mierda, lo sé.

—No, no... Te ves... muy sexy. —me dijo riéndose.

—Si claro.

—No. Lo digo en serio. Te da vibras de malita, la curita en la nariz es lo mejor.

—Oh, jodete, Edward. —me reí junto a él.

—Ya, ya, ya. Perdón. —dijo poniéndose más serio.

Empecé a caminar a la salida junto a él en silencio, aún era un poco incómodo por la pelea que habíamos tenido, y sentía que debíamos hablar de eso.

—Hey, Eddie. Perdón por haberme ido así. Tienes razón. Sé que debo hablar más, y prometo hacerlo ¿ya? —le dije sin mirarlo.

—No. No pidas perdón, yo debo hacerlo. Perdón por haberte gritado, sabía que no te gustaba que te gritaran y lo hice igual, perdóname.

Yo le sonreí y él me sonrió a mi. Como siempre, volvimos a estar bien.

—Somos imparables ¿no, Eddie? —le dije tomándolo del brazo.

—Así es, Carrie.

Después de mi reconciliación con Eddie, este mismo me acompañó a las audiciones de porristas que me había nombrado. Cuando llegué les sorprendió un montón verme, lo cual es obvio, todo el mundo sabe que cuando pequeña era muy buena porrista, pero a la vez, todo el mundo sabe sobre mi accidente. Me pidieron mostrar algunos movimientos en especifico, los cuales por suerte si me acordaba de y me salieron bien. Me preguntaron si mis lesiones iban a intervenir en esto, les dije que no y me eligieron a mi para ser el remplazo, de inmediato, lo cual me sorprendió mucho, según Eddie es porque soy rubia, por lo que yo le pegué. Claramente les pregunté sobre el pago y me dijeron que lo iban a hacer el mismo día de la competencia, después de ya saber de eso, me fui a mi casa caminando junto a Eddie.

─Oye, Carrie, ¿en la noche vas a ir a jugar D&D, ¿verdad? Los chicos ya organizaron todo y te querían unir a la partida. ─me dijo Ed muy entusiasmado.

─Aaah, si, sobre eso... ─empecé a decir. ─No creo que pueda a ir a hell's fire hoy, Eddie, tengo algo que hacer.

─ ¿Qué? Pero los chicos ya hicieron todo, ¿qué es tan importante? ─preguntó.

─Prefiero decírtelo en la noche... Después de hacer lo que debo hacer voy para el colegio y los veo jugar, ahí te cuento ¿ya?

─Mmmh, yaaa. ─aceptó no muy convencido.

─Aquí es mi parada. ─dije cuando llegamos a mi casa.

─Bien, nos vemos, Carrie, no hagas nada malo por favor. ─me rogó y yo me reí.

Me despedí y entré a mi casa siendo recibida por una gran abrazo a mis piernas de mi hermanita.

—Hey, bonita, estoy media apurada, ¿me ayudas a arreglarme? —le pregunté y juro que vi sus ojos iluminarse. Ella amaba ayudarme a arreglarme.

— ¡Siiii! Puedes ponerte este vestido negro bonitoooo, y pintarte los labios y...! —su voz fue desapareciendo mientras corría por la escalera hasta mi habitación.

— ¡Mamá, llegué! —exclame para subir pero fui interrumpida por mi madre.

—Hey, no te escapes, jovencita. ¿¡Que te pasó en la cara!? —casi gritó asustada al ver mis heridas, las cuales por suerte mi hermana aún no notaba.

—Me metí en una pelea con una chica. —respondí sinceramente.

— ¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?

—Me estaba molestando, mamá. Debía defenderme.

—Mmm, ya. —dijo no muy convencida. —Si es que fue por eso y la dejaste peor, estamos bien. —me dijo riendo.

Ella igual se metía en peleas a mi edad, a veces ella me entendía. Yo le sonreí y corrí por las escaleras.

Debía apurarme, Steve iba a llegar en cualquier momento y yo me veo para la mierda.