ENJOY THE SILENCE | "Todo lo que quería, todo lo que siempre necesité, está aquí en mis brazos"
«He desperdiciado mi vida arrepintiéndome del pasado y planeando mi futuro tanto tiempo que me he olvidado de vivirla, hasta que tú llegaste, Steve»
«Car...
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Este especié de Show al parecer había iniciado ya que Los Tigres estaban empezando su increíble y poco original entrada rompiendo un papel. Suspiré y tomé asiento en una escalera solitaria que había a una esquina de los galerías.
—Antes que nada.. escuchen. Quiero agradecerles a cada uno de ustedes. Sin su apoyo, no estaríamos aquí. ¡Un aplauso para ustedes! —dijo el capitán de basquetbolistas. Obviamente aplaudí pero con pereza. Odiaba estar ahí por obligación. —Y por supuesto, un agradecimiento especial a las mejores fanáticas, las más lindas: ¡Los porristas de los tigres! Chrissy, te amo. —él y la famosa Chrissy se pusieron a coquetear haciendo sentir algo en mi estómago por los recuerdos. Creí que sería mucho más fácil venir a la escuela después de todo.
Después de la muerte de Billy, su hermana, Max, me buscó un par de veces pero no podía hablar con nadie, no quería hablar con nadie que no sea Eddie. Estuve intentado aceptar los cambios en mi vida por un tiempo, y después de un cambio en mi cabello creí que sería bueno volver a este infierno y salir de una vez de mi casa, aunque antes hacía todas las clases desde mi casa por lo que mi año académico iba igual que él de los demás.
— ¿Saben? Creo que todos estarán de acuerdo de que ha sido un año difícil. Muchas pérdidas. —empezó el capitán con sus palabras emotivas haciendo a todos callar. —A veces me pregunto: ¿cuantas perdidas puede soportar un pueblo? En días sombríos como estos necesitamos creer en algo. Anoche, cuando íbamos perdiendo por 10 puntos ante la academia cristiana, mire a mi equipo, y les dije: "piensen en Jack" "Piensen en Melisa" "Piensen en Heather" "Piensen en Billy" —volví a sentir un dolor en mi pecho. Hasta que una frase cambió mi humor por completo. — "Piensen en Carrietta".
Fue completamente inevitable que no me riera ante eso.
Cuando desperté y me enteré que todo el pueblo me daba de muerta me lo tomé con gracia, pero lo que menos me esperaba era algo así.
Como todos estaban en silencio mi risa se escuchó por todo el gimnasio ganando las sorprendidas miradas por la gente que no se creía que me riera en un momento así, pero se sorprendieron aun más al ver que se trataba de la recientemente nombrada.
