𝟎𝟎𝟑

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𝐍𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧 𝐯𝐢𝐤𝐢𝐧𝐠𝐨 𝐯𝐚 𝐚𝐥 𝐒𝐮𝐫

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𝐍𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧 𝐯𝐢𝐤𝐢𝐧𝐠𝐨 𝐯𝐚 𝐚𝐥 𝐒𝐮𝐫.


Lejos de Dunbroch, mucho más al norte estaba la isla de Berk. Era una tarde muy fría y nublada nada raro para los habitantes de la isla quienes apenas y notaban lo bajo que estaba la temperatura con todo el trabajo que tenían entre manos. Siete meses habían pasado desde que el joven Hiccup había cambiado todo por lo que el pueblo vivía: matar dragones, todo gracias a la amistad entre el chico y el furia nocturna.

Desde la batalla y la liberación de los dragones que el pueblo había mantenido cautivo, la vida había sido bastante diferente y la armonía entre vikingos y dragones era maravillosa.

El atardecer estaba a punto de caer, unos cuantos destellos del sol lo anunciaban mientras batallaban por hacerse notar entre las oscuras nubes. Estoico el gran jefe de la isla inspeccionaba el trabajo del pueblo que a parte de sus labores cotidianos hacían renovaciones en sus casas o fuera de ellas con la finalidad de que se ajustaran a sus nuevos amigos con escamas, incluso un grupo de personas construían un gran comedero para los dragones que estuvieran de paso en busca de comida. El jefe estuvo a punto de hacer una observación sobre el comedero y su tamaño cuando el familiar rugido del furia nocturna se escuchó a una distancia bastante cercana, y para cuando Estoico se dió la vuelta en dirección a Chimuelo ellos ya habían descendido y los habitantes se reunían para darles la bienvenida.

- ¡Ahí están! - gritó el hombre pelirrojo con una gran sonrisa de la que desbordaba orgullo paternal y corrió a abrazar a su hijo.

- Hola papá. - Hiccup correspondió al fuerte abrazo de su padre, su relación padre e hijo nunca había estado mejor pero aún le costaba trabajo acostumbrarse a las muestras de afecto.

- Cuéntanos hijo, que descubrieron esta vez. - Estoico apoyó su mano en el hombro de Hiccup mientras que con la otra hacía mimos a Chimuelo. Hacía un par de meses que el joven ojiverde y el furia nocturna habían empezado a explorar fuera de la isla.

- Aguas tranquilas y vientos favorables. - Habló Hiccup sin mucho ánimo de relatar el viaje a toda la aldea, pero al ver la desilusión en el rostro de ellos añadió emoción en su voz y empezó a detallar cada acontecimiento vivido en la semana. - Fue así... hasta que una gran nube negra apareció frente a nosotros. Chimuelo presintió que se trataba de una poderosa tormenta, no nos permitimos pensarlo dos veces y tratamos de regresar, creyendo que no nos alcanzaría pero durante todo el tiempo que volamos la tormenta fue hacia nosotros. - Era raro mencionar que algún día Hiccup podría ser el centro de atención en la comunidad vikinga pero ahora las cosas eran así, se había ganado el respeto y la admiración de los suyos, otra de las cosas que aún tenía que acostumbrarse. - Y esto no van a creerlo... Justo cuando creímos que no encontraríamos una escapatoria una brillante luz azul apareció frente a nosotros.

- ¿Luz azul? - preguntó Patapez que recién se había unido al círculo de personas, los demás amigos voltearon a verlo con muecas por haber interrumpido a Hiccup, pero a él no le molestó.

DESTINO   ❪  MERICCUP  ❫Where stories live. Discover now